FINANZAS › HUIDA DE FONDOS INTERNACIONALES Y SUBA DE TASAS DE INTERéS
Jugar a toco y me voy
La plaza local recibió capitales especulativos a lo largo del año pasado. Ante la eventualidad del alza de la tasa internacional huyeron en manada. Ahora, con precios gangas, varios quieren volver.
Por Claudio Zlotnik
Ni Chile, ni Colombia ni Perú. Mucho menos Brasil y México. En el último año, los recintos bursátiles de América latina ahuyentaron a los inversores, en lugar de seducirlos. Los negocios con acciones en esos mercados se restringieron aceleradamente. El único que se salvó, para sorpresa de muchos, fue el salón de 25 de Mayo y Sarmiento. Montados sobre la fuerte recuperación de la economía, los papeles empresarios argentinos fueron un boom, lo que fue aprovechado por los fondos internacionales. Así se entiende el hundimiento de las acciones de las últimas semanas: hubo una huida en manada de esos inversores, lo que a su vez disparó la ola de ventas de los locales que se habían endeudado para apostar en un mercado que lucía imparable.
De acuerdo con los datos que maneja la consultora estadounidense EmergingPortfolio.com, el mercado accionario local fue el único que recibió aportes frescos por parte de los fondos internacionales desde enero de 2003. Calcula que entre ese mes y febrero de este año, el flujo resultó positivo en unos 75 millones de dólares. Representaba una incipiente recuperación tras el colapso. La propia consultora estima que en la región intervienen 29 fondos internacionales por un total de 3500 millones de dólares.
El cambio de escenario internacional –por el descontado aumento de la tasa en los Estados Unidos y el impacto negativo sobre Brasil– provocó la fuga de financistas. Los precios se derrumbaron. Y los operadores que habían tomado cauciones para apostar por las acciones terminaron por rematar los papeles que habían dejado en garantía, lo que espiralizó la tendencia bajista.
Existen otros dos elementos que suman incertidumbre a los corredores: la crisis energética y la brusca suba de las tasas de interés interna. En el primer caso existe temor a que el impacto sobre la marcha de la economía sea mayor al estimado por el Gobierno. En cuanto al alza en el costo del dinero, las dudas apuntan a si se trata de un hecho estacional, por las liquidaciones del impuesto a las Ganancias, o si esa suba se extenderá en el tiempo.
Los pesimistas argumentan que el boom accionario se debió exclusivamente a que, hasta hace muy poco, los papeles eran la única opción para una inversión provechosa: el dólar planchado y las tasas de interés por el piso les había dejado el espacio libre a las acciones. Aseguran, incluso, que las pruebas ya están sobre la mesa: no bien Alan Greenspan insinuó una suba de la tasa, los fondos internacionales liquidaron sus posiciones.
Sin embargo, los más osados ya se pusieron otra vez en la línea de largada. Son aquellos que creen que el Merval tocó fondo y va a recuperarse en el corto plazo. Se sienten avalados por lo que hasta hace poco parecía lo más lógico y que quedó empañado en medio de las turbulencias: el ciclo económico positivo en el que ingresó la Argentina tras la salida de la Convertibilidad. Si bien hay consultoras en la city que empezaron a revisar hacia abajo las estimaciones de crecimiento para este año, dado el cambio de escenario antes descripto, el consenso es que la economía seguirá recuperándose. Eso sí, a una velocidad menor.
A menos que Brasil colapse en el corto plazo, varios operadores se juegan a afirmar que está todo listo para que la carrera alcista vuelva a empezar.