Retenciones
El reportaje a mi colega Gustavo Grobocopatel, en el suplemento Cash del 25/04/2004, demanda una respuesta. La realizaré centrada en las retenciones a las exportaciones de origen agropecuario. Dice el aludido que “las retenciones son un invento argentino que no existe en ningún lugar del mundo”. Ella es una interpretación interesada, cuando no una invención caprichosa de lo que realmente ocurre en el mundo. Las retenciones operan en nuestro país –como lo hacen otras denominaciones impositivas en otros países del mundo– para corregir asimetrías existentes entre diferentes sectores de la producción y reordenar ingresos/rentas que las reglas del mercado tornan no equitativos. Todos los países, los ricos y los que no, los grandes y los no tan, formulan políticas que les permiten corregir los desequilibrios o distorsiones que el mercado introduce en el funcionamiento de la producción. Solo alguien que se proponga desconocer el juego de los intereses que operan, no solo en los mercados, sino en el concierto de países, puede ignorar los impuestos y compensaciones diferenciales, que muchos países imponen para corregir dichas asimetrías, desequilibrios o distorsiones. Las retenciones –así visualizadas– constituyen una herramienta legítima, que en determinado momento del desarrollo económico de un país le tocará afrontar a un sector de la producción y en otro momento a alguno diferente. Sin duda que en una sociedad esencialmente insolidaria y ventajera puede vociferarse extensamente sobre esta visión, lo que no puede hacerse es descalificarla sin argumentación, o peor aún, con fundamentación maliciosa. Mientras la rentabilidad del sector agropecuario no resulte socialmente equitativa deberá soportar la demanda por la vigencia de las retenciones. Ello no significa que no deban buscarse herramientas más efectivas para repartir la carga y lograr así que otros sectores se incluyan en una equitativa redistribución del ingreso.
Ing. Agr. Juan Carlos Pavoni
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