En el Gobierno afinan el lápiz y sacan cuentas. Algunos funcionarios quieren convencer a Néstor Kirchner de hacer un anuncio público. No hay una fecha precisa pero sí una estimación aproximada: principios de noviembre. Ese sería el momento en que las reservas del Banco Central volverán al nivel que tenían antes del pago al Fondo Monetario. Antes de saldar la cuenta con el FMI, las reservas estaban en exactamente 28.119 millones de dólares. Para llegar a esa meta faltan algo menos de 1000 millones de dólares.

El último empujón para llegar a recuperar todas las reservas antes de fin de año es el fuerte ingreso de capitales que se está dando desde principios de este mes. El Banco Central dejó de informar el saldo cambiario diario de intervenciones en el mercado (a partir de la semana próxima vuelven a brindar el dato), pero lo cierto es que desde la PlayStation –así bautizaron los propios funcionarios del BC a su mesa de operaciones– se vienen comprando a un ritmo de entre 65 y 75 millones de dólares diarios. Incluso, el miércoles de la semana pasada se concretó la compra record del año: 130 millones de dólares.

La mayor parte de esas divisas fue dinero caliente que llega a la búsqueda de una rentabilidad más alta en los mercados emergentes, como el argentino. La perspectiva de que el proceso alcista de la tasa internacional está llegando a su fin impulsó a los operadores extranjeros a buscar plazas alternativas. La fuerte suba de los bonos en las últimas semanas fue efecto de esa ola de inversiones. En este contexto, las compras del BC fueron un 30 por ciento superiores a las esperadas por las propias autoridades.

La entrada de capitales quedó en evidencia, además, con el crecimiento de los depósitos. Los plazos fijos se incrementaron en 3800 millones de pesos en el último mes, y ahora están en 69.800 millones de pesos. Se convirtió en uno de los aumentos mensuales más importantes desde el fin de la crisis.

La recuperación total de las reservas podría darse antes de noviembre, si no fuera porque tanto septiembre como octubre son meses flojos en la liquidación de divisas por parte de los exportadores. No más de 30 a 40 millones de dólares por día. También hay que tomar en cuenta que el Banco Central debe cancelar dentro de los próximos 60 días el préstamo del Banco de Basilea por 700 millones de dólares, que sirvieron para amortiguar la caída de las reservas cuando hubo que pagar el vencimiento del Boden 2012, a comienzos de agosto. Esa institución internacional no suele refinanciar vencimientos. Por otra parte, la semana que viene el Gobierno tiene que abonar alrededor de 650 millones de dólares al Banco Mundial y al BID por sendos vencimientos de deuda.

En este escenario, saldando compromisos externos y disminuyendo la oferta de los exportadores, el Central está dispuesto a quedarse con todos los billetes verdes sobrantes, manteniendo a la vez el tipo de cambio en el actual nivel. Así, los funcionarios le dan la bienvenida a los dólares financieros. Al menos hasta que se cumpla con el deseo de Kirchner de recuperar las reservas perdidas hace casi un año.