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La última semana se intensificaron los controles sobre el mercado de cambios con el objetivo de mantener al mínimo la operatoria ilegal. Entre los allanamientos aprobados por la Justicia tuvo lugar un operativo de supervisión conjunto, en el que participaron las principales autoridades de regulación financiera. Esa fiscalización acercó la lupa aguas arriba en la cadena de fondeo de las cuevas, principalmente en el accionar de corredores de cambio, mutuales y cooperativas. “Los arbolitos son sólo una mínima parte de esa cadena”, señaló a este suplemento el titular de la Unidad de Información Financiera (UIF), José Sbattella. En medio del operativo se aprobó un allanamiento express. Si bien el monto allanado fue insignificante –se decomisó poco más de un millón de pesos– la documentación recabada dio cuenta de los canales de financiamiento del mercado paralelo.

A las habituales recorridas por la city porteña en búsqueda de cuevas, se sumaron denuncias e investigaciones a una cadena de hipermercados que desviaba fondos para abastecer al mercado paralelo hasta corredores de cambio que hacen el mismo trabajo a cuento de bancos privados. La Superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias (Fecyc), que conduce Germán Feldman, está por estas horas abocado al movimiento de estos últimos. Se trata de un segmento no regulado que mueve grandes sumas en divisas.

Los corredores de cambio actúan en la intermediación habitual entre la oferta y la demanda de moneda extranjera y los demás servicios que deriven de su actividad. Lo hacen por cuenta de terceros y con intervención de entidad autorizada. Pese a que la regulación la hace el propio mercado, la normativa del Banco Central establece que “no pueden recibir fondos de terceros por cuenta propia o ajena, ni están habilitados para otra operatoria que importe mediación entre la oferta y la demanda pública de recursos financieros”.

La investigación comenzó con el allanamiento sobre un corredor de cambio tanto en su oficina como en su domicilio particular. En ese operativo que comando el director del Central, Pedro Biscay, se decomisaron 550 mil pesos y 38 mil dólares. Los corredores no manejan efectivo. Pero, más importante fueron los archivos de operaciones encontrados. “El corredor movía nueve millones de dólares diarios y en estos días figuraba como que no estaba cobrando comisión. Ante el fisco, además, declaraba una ganancia neta de un millón de pesos anuales. No coincide nada”, relataron desde la Superintendencia.

“Es una actividad que no está debidamente regulada. Estamos analizando cómo ajustar la supervisión”, adelantó una alta fuente del Central. Hasta el momento, sólo se había limitado su margen de acción. A principio de 2013, limitó virtualmente a 30 millones de dólares diarios el monto máximo de las operaciones de compraventa de dólares. Se trata de operaciones que se realizan a través del Mercado Electrónico de Cambios (MEC), una de las dos plazas que conforman el segmento mayorista. En esta plataforma negocian los corredores órdenes de grandes exportadores de granos con sus respectivos bancos.

“Los bancos mantienen una parte del efectivo para operar en el segmento ilegal. Los arbolitos son sólo una mínima parte de esta cadena”, asegura Sbattella. Los operativos coincidieron con un alza en el precio del dólar blue, lo que desconcertó a muchos en el mercado, ya que la brecha respecto al oficial parecía encontrarse en niveles cómodos para el Gobierno. Sin embargo, los organismos de regulación se movieron por estos días para anticipar una escalada previa a las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). “Continuamente los bancos buscan una brecha para poder operar”, agrega el titular de la UIF. En ese sentido, la intención es cerrarle el grifo de abastecimiento de divisas de las cuevas.

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