Brasil es más rico de lo que estimaba, tras una modificación de sus cálculos estadísticos que reveló un crecimiento económico entre 2000 y 2006 mayor que lo que se había creído hasta ahora. El miércoles, el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE, oficial) estimó que el Producto Interno Bruto (PIB) brasileño aumentó en 3,7 por ciento durante 2006, mientras que el antiguo método de cálculo establecía que el crecimiento era de 2,9. El ministro de Hacienda Guido Mantega dijo que Brasil “entró en un ciclo de desarrollo sostenido” y señaló que algunos indicadores tienen ahora un nivel europeo.

Mantega afirmó que “la mejor novedad” de los datos de 2006 es que la inversión creció 8,8 por ciento, esto es por encima del crecimiento del PIB, “lo que posibilita un crecimiento continuado con inflación baja”. Con la nueva tasa de 2006 Brasil mejoró otros indicadores, entre ellos el del déficit nominal, que era de 3,3 del PIB, a 3,0 por ciento; una relación similar a la exigida para los países de la Unión Europea. “Con ese déficit entraríamos en el club de la Unión Europea”, indicó. “La trayectoria del déficit nominal es descendente y llegaríamos a cero en 2010. Estaríamos mejor que muchos países europeos”, agregó. Afirmó también que “Brasil es un país menos endeudado” pues con los cálculos anteriores la deuda equivalía al 50 por ciento del PIB y ahora es 44,9. Estimó que hacia 2010 esa relación podría llegar a 35 por ciento.

Alex Agostini, consultor de Austin Rating, destacó que “por primera vez en su historia, Brasil entró en el club selecto de las economías cuyo PIB pesa un billón de dólares”. Sin embargo, el PIB por habitante tuvo un aumento más modesto de 2,3 por ciento, a unos 5705 dólares.

El crecimiento continúa siendo el punto débil de la economía brasileña, ante una tasa de expansión del orden del 10 por ciento para China o India. A pesar de ello, Brasil ya no es el penúltimo de la lista de América latina, delante de Haití, en cuanto a crecimiento económico, sino que se encuentra a la par de Nicaragua y por delante de El Salvador y Paraguay, según Austin Rating. Para Agostini, Brasil permaneció en 2006 como la décima economía mundial en dólares corrientes. “En 2010, es posible que sobrepase a Canadá y España para situarse en el octavo lugar, si el crecimiento de Rusia no se acelera”, estimó.

Utilizando otro modo de cálculo en paridad con el poder adquisitivo, Mantega estimó que Brasil pasó durante 2005 del noveno al octavo lugar de las economías mundiales, detrás de Francia pero delante de Italia. La nueva forma de evaluación de la riqueza nacional fue bien recibida por los economistas, ya que sigue las normas internacionales. “El cambio de método es muy positivo, permite medir mejor el PIB y se acerca a la realidad”, indicó la analista Marcela Prada, consultora de Tendencias. “La revisión es un proceso natural” que toma en cuenta los cambios del consumo, de la producción y de la tecnología, estimó Agostini.

La IBGE ahora considera las actividades económicas y productos en el campo de investigación. El sector de servicios representó el 64 por ciento de la riqueza nacional en 2005, en vez de 54,1 con el anterior cálculo. El peso de la industria y de la agricultura cayó respectivamente a 30,3 y 5,6 por ciento. Prada explicó que aplicando los nuevos datos sobre el aumento de los ingresos, del empleo y de crédito, el IBGE abarca mejor el consumo de los hogares.