Domingo, 29 de julio de 2007 | Hoy
INTERNACIONALES › EL PROYECTO DE CHáVEZ DIVIDE A SUS PARTIDARIOS
Por Clodovaldo Hernández
desde Caracas *
El movimiento chavista venezolano vive hoy un profundo debate sobre qué modelo de socialismo quiere para el siglo XXI. ¿Radical o pragmático? La polémica la sembró el general y ex ministro de Defensa Raúl Isaías Baduel, un hombre muy cercano y respetado por el presidente Hugo Chávez. En su discurso de despedida del cargo, la semana pasada, el militar dijo en presencia del mandatario: “Debemos inventar el socialismo del nuevo siglo pero no de una forma caótica y desordenada... Antes de redistribuir la riqueza, debemos crearla. No podemos redistribuir lo que no tenemos”. Chávez lo escuchó y encajó la crítica, pero los más radicales del chavismo creen que Baduel es un traidor.
Las palabras del general Baduel han abierto un intenso debate en estos días de julio –un mes siempre sembrado de conmemoraciones militares en Venezuela–. Por primera vez en muchos años, la polémica política no la desata el propio presidente Chávez ni la oposición, sino un hombre tranquilo que elige el momento de su paso al retiro y de su despedida al frente del Ministerio de Defensa, cargo que ocupaba desde junio de 2006. Baduel, un militar con gran ascendente sobre Chávez y uno de los fundadores junto al presidente del Movimiento Revolucionario Bolivariano hace una década, alertó sobre los riesgos de repetir los errores que hundieron a los sistemas socialistas en otros países y otras épocas. Señaló que el socialismo que se pretende instaurar en Venezuela no tiene por qué estar reñido con la democracia ni con la propiedad privada. Advirtió que el capitalismo de Estado, un sistema en el que el gobierno asuma todos los sectores productivos y los servicios, sería una pésima alternativa al capitalismo neoliberal que se pretende desterrar. “Debe estar claro que un sistema socialista de producción no es incompatible con un sistema político profundamente demócrata, con controles y separación de poderes”, dijo el general en la Academia Militar de Caracas. Además, Baduel señaló que el carácter popular del movimiento chavista no es una razón para tolerar que la implantación del modelo socialista se haga en forma anárquica.
El discurso de Baduel provocó un sismo en la arena política venezolana. Los chavistas moderados y algunos sectores de la oposición también moderados lo respaldaron, mientras que los más radicales adeptos al presidente prácticamente lo tacharon de traidor. Baduel contradijo abiertamente la posición de Chávez, quien constantemente habla de un socialismo radical muy enfrentado al sector privado, que promueve las nacionalizaciones y que es bastante desordenada en las iniciativas que emprende. Todo esto se produce, además, en pleno proceso de formación del Partido Socialista Unido de Venezuela.
Chávez estaba presente cuando Baduel habló. De hecho, el presidente había hablado justo antes insistiendo en sus ideas radicales. Sin embargo, encajó bien el golpe. “Es un discurso iluminado, ordeno que se reproduzca y se distribuya en todo el país”, dijo el mandatario, quien presentó a Baduel como un practicante del “pensamiento crítico” que necesita la revolución. Chávez dejó entrever que Baduel bien podrá ocupar más adelante otro cargo en el gobierno o el Partido Socialista que está por crearse.
(*) El País de Madrid.
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