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Deudas repudiables
Luego de expulsar a las fuerzas hispánicas de Cuba, los Estados Unidos impusieron su propio protectorado apropiándose así, de la pertinente cuota de soberanía relativa a las relaciones internacionales cubanas. A poco de ello, el Reino de España reclamó a Estados Unidos el pago de los empréstitos otorgados anteriormente a la República de Cuba y, para asombro de muchos, “los Estados Unidos negaron el pago reclamado repudiando la deuda argumentando que el dinero en cuestión no fue destinado al beneficio del pueblo cubano, sino al sostenimiento del gobierno que lo regía y al de los funcionarios que lo administraban”. Y por si esto fuera insuficiente, responzabilizó a los banqueros intervinientes por no haber efectuado “el seguimiento” de las sumas prestadas y su respectivo destino. En situación casi idéntica se hallan las inmensas sumas que le fueron prestadas al llamado “proceso” en nuestro país, pues ni siquiera el equipo de notables que en su momento encabezó el Dr. Aldo Ferrer pudo determinar el sinuoso recorrido de los fondos brindados y, en cambio, todos los gobiernos sucedidos desde 1983 en adelante fueron ciegos seguidores del “honor a la palabra empeñada” y distraídos ignoradores del antecedente histórico señalado como, también, del gravoso cheque en blanco endosado graciosamente a todo el pueblo de la nación... hoy transformado en uno de los principales basamentos de la crisis que nos agobia.
Pablo Caneva
Ex consejero del INTA