INDEPENDIENTES
La opinión general considera que no hay mejor remedio contra la pobreza que la creación de empleos. Pero los economistas sólo reconocen un tipo de empleo: el asalariado. Cuando ellos elaboran algún análisis y tratan de hacer ciertos diagnósticos de distintas situaciones, jamás incluyen en sus estudios el trabajo independiente. En el mundo concebido por los economistas retrógrados, que son los que ahora tienen poder, cada cual está obligado a pasarse la infancia entera y parte de la juventud matándose para quedar en condiciones de seducir a los empleadores potenciales. Cuando cada uno está listo, es decir, cuando cree que ha obtenido la capacidad de presentarse en el mercado del trabajo, se dedica entonces a buscar el codiciado “empleo”. Pero los problemas comienzan cuando no encuentra un empleador. En la Argentina, muchos “desocupados” tratan de revertir esta situación creada por los poderes establecidos. Se dedican entonces a crear trabajo por su cuenta, a producir y vender, a vivir con autonomía. Por supuesto, los poderes establecidos los vuelven locos y tratan, por todos los medios, de eliminarlos con fuerzas productivas para que desaparezcan del mercado. Eso pasa, por ejemplo, con los vendedores ambulantes, a quienes se los quiere hacer pasar como los “herejes” del sistema. Mientras exista esa mentalidad, será difícil lograr que la economía de nuestra sociedad resurja de sus cenizas.
Graciela González
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Reaseguros
Como usted sabe, el reaseguro es uno de los grandes negocios en el mundo. Desde hace algunos años en nuestro país, y a raíz del proceso de destrucción del cual fue objeto el Inder (Instituto Nacional de Reaseguros), ingresó el reasegurador extranjero. Sin embargo, hoy muchas personas que contribuyeron eficazmente en cuanto a la aparición del reasegurador extranjero añoran la calidad del Inder. Debo decirle que muchos de los expertos-funcionarios del Inder fueron absorbidos por empresas nacionales y extranjeras, lo cual de alguna manera prueba que el proceso de destrucción comenzó varios años atrás. Entiendo que la hora de revertir la situación en cuanto a la inexistencia del reasegurador nacional ha llegado. Es posible que el proceso de evitar el egreso de divisas hacia el exterior pueda frenarse aún lentamente. Quizá existe un grupo de inversores argentinos que comenzó a vislumbrar las posibilidades de participar en cuanto a la defensa de lo nacional. Recuerdo en primer término que existió el coaseguro entre compañías, que existió Coarfire (Consorcio Argentino Financiero de Reaseguros), que luego se formó IMAR (Instituto Mixto Argentino de Reaseguros), para luego dar los primeros pasos hacia la formación del Inder que recibió el embate de quienes deseaban “modernizar” el sistema y que terminó con su destrucción. Por ello, bienvenidos los que deseen dar los primeros pasos, ahora que soplan vientos de fronda, aires frescos, que pueden revertir la situación. Para ello también debe reforzarse plenamente los poderes de la Superintendencia de Seguros de la Nación.
Mario Rubin
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