Domingo, 23 de abril de 2006 | Hoy
EL BUEN INVERSOR › COMENZó LA LIQUIDACIóN DE DIVISAS POR LA COSECHA GRUESA
Hasta julio habrá abundancia de dólares en el mercado por las
ventas de exportadores de cereales. La cotización del dólar forma parte de las negociaciones del Gobierno por contener los precios.
Por Claudio Zlotnik
Esta última semana, Néstor Kirchner se permitió una reflexión en voz alta que llamó poderosamente la atención de sus colaboradores. Algunos de los interlocutores dijeron que fue la primera vez que el jefe de Estado puso en duda la conveniencia de mantener el tipo de cambio alto. Afirmó, palabras más, palabras menos, que, puesto a elegir, en estos momentos prefería la estabilidad de precios antes que privilegiar el crecimiento continuo de las exportaciones. “Quiero que la gente esté contenta. Esa es mi mayor obsesión. Las exportaciones pueden esperar”, se le escuchó decir. ¿Tendrá esta revelación algún impacto en la cotización del dólar? Pronunciada justo al comienzo de la temporada alta en la liquidación de la cosecha gruesa, algunos piensan que sí.
Kirchner dijo lo que dijo en medio de las calientes negociaciones por el precio de la carne. Frente a sus íntimos abrió la puerta a que se tomen medidas extremas en aquellos sectores donde trasladen la rentabilidad por el tipo de cambio favorable al mercado doméstico.
La advertencia del jefe de Estado podría tener un efecto inmediato en el mercado cambiario. Ocurre que recién ha comenzado la época en la que las liquidaciones de divisas de los exportadores se multiplican y llegan a los máximos del año. Para este mes se esperan ventas promedio de cereales de 60 a 65 millones de dólares diarios, monto similar al del año pasado. Las liquidaciones se engrosarán en mayo: pasarán a una banda de entre 70 a 75 millones por día. Lo peor llegará en junio, cuando saltarán a una media de entre 80 y 90 millones diarios. La temporada recién se termina en julio, con liquidaciones superiores a los 60 millones de dólares en cada jornada. La pregunta es si Kirchner ordenará al Banco Central quedarse con el excedente comercial o si utilizará el tipo de cambio como una poderosa arma de negociación con los sectores exportadores.
En los últimos tres años, el dólar mostró un ligero retroceso cada vez que llegó la estacionalidad por la cosecha gruesa. En 2003, la cotización del billete verde arrancó la temporada en 3 pesos y cayó a 2,79 en el momento de mayor presión bajista. Un año después sucedió algo parecido. En abril estaba en 2,97, para luego ceder hasta los 2,86. Recién durante julio de aquel año, el Central volvió a colocarlo en el valor original. En 2005, el dólar bajó de 2,96 a 2,89 pesos durante la época caliente. Después, se sabe, el año terminó en 3,03 pesos y el dólar escaló a 3,10 no bien se hizo el pago al Fondo Monetario.
En la city esperan que el tipo de cambio baje en las próximas semanas. De hecho, durante los últimos días ya cayó dos centavos, a 3,08 pesos. El consenso es que el retroceso siga hasta 3,05. Los más arriesgados estiman un dólar a 3,02 pesos. Es seguro que si Kirchner quisiera castigar a los exportadores, el dólar debería ir todavía más abajo. O dejarlo en ese nivel, prescindiendo de que el Central lo retorne a 3,10 una vez que pase la lluvia de dólares. Con una inflación del 12 por ciento anual, está claro que el tipo de cambio real retrocedería. ¿Cuál será finalmente la estrategia K?
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