LA COTIZACION DEL DOLAR, EN UNA ESCALADA FURIOSA
El verde no se queda dormido
El dólar se desbocó. Muchos piensan que esa disparada termina en hiper. Pocos apuestan a que el BC podrá controlar la situación.
Por Claudio Zlotnik
En la city no hay términos medios. Están los que creen que la Argentina se encamina en forma inexorable hacia la hiperinflación en una escalada imparable del dólar. Y también están los optimistas que concluyen en que, tarde o temprano, las medidas del Gobierno terminarán por hacer efecto: el dólar se va a estabilizar y lentamente renacerá la confianza. Por el momento, en el microcentro sólo hay confusión. Los financistas se reparten entre escuchar los duros veredictos que bajan desde Washington y ser testigos directos de las pantallas de las casas de cambio, en las cuales se puede apreciar la escapada del dólar.
La acelerada caída del peso podría apresurar una conclusión: es mucho más probable que la visión de los pesimistas le gane a la de los optimistas. Pero aun reconociendo que la coyuntura y la historia les juegan en contra, quienes apuestan por una estabilización en el corto plazo esgrimen sus argumentos:
- Es muy probable que la oferta de dólares se incremente sensiblemente entre esta semana y la próxima. Este escenario contempla que los exportadores de cereales, por una cuestión estacional, aumenten el ritmo de liquidación de divisas. En el Gobierno estiman que en abril podrían ingresar unos mil millones de dólares por esta vía.
- Otra forma de distraer la atención por el dólar son las Letras del Banco Central. Hasta ahora llevan emitidos títulos por 250 millones de pesos. En la city creen que este monto podría duplicarse en el corto plazo. Y que este instrumento será la mejor opción para el inversor en caso de que el dólar se estabilice un par de semanas.
- La llave para que la divisa deje de subir en el cortísimo plazo la tienen los bancos. Si, efectivamente, se desprenden de los 800 millones que les ordenó el BC. El problema es que, por ahora, los bancos desobedecieron esa norma.
El manual de los pesimistas es el siguiente:
- Parten de la premisa de que el actual tipo de cambio no es de equilibrio. Que el dólar seguirá su escalada.
- Consideran que de los 32 mil millones de pesos que hay en las cuentas a la vista de los bancos (caja de ahorro y cuentas corrientes), unos 15 mil millones corresponden a ex plazos fijos que no entraron en la reprogramación. Y que estos fondos irán a la compra de dólares a medida que puedan salir de los bancos.
- De continuar el drenaje de 150 millones de pesos diarios desde el corralito, el Central tendrá que emitir entre 15 y 22 mil millones de pesos este año vía auxilio a los bancos con redescuentos.
- En este contexto, el Gobierno es víctima de un círculo vicioso: emite pesos para responder a la fuga y vende dólares para rescatarlos más tarde.
- Los pesimistas apuestan a que el dólar superará los 3 pesos. Y que esa es la barrera para que se desate la híper.
El viernes parece que se abrió las puertas de ese infierno.