El sistema financiero entró en zona de definición. La fuerte pelea por el Plan Bonex II y el levantamiento del corralito, sumada a las nuevas restricciones del Banco Central para auxiliar a las entidades, conforman el marco sobre el cual se apoyarán los cambios que se vienen en el mercado. Los banqueros están apostando a todo o nada porque saben que de los resultados obtenidos depende su futuro. Para demostrar que están dispuestos a ganar la guerra empezaron a jugar a fondo. Las entidades están recomendando a sus clientes canjear los préstamos garantizados en pesos surgidos de la Fase I del último canje por los bonos originales nominados en dólares. Hasta ahora se realizaron “reversiones” por unos 1200 millones de dólares.
Este monto aún es exiguo: representa apenas el 8 por ciento de la cartera total de préstamos garantizados en poder de las entidades. Pero lo cierto es que la operación tiene un par de elementos a tomar en cuenta.
u Al Gobierno lo perjudica porque tiende a redolarizar la deuda. No bien asumió, Eduardo Duhalde y Jorge Remes Lenicov pesificaron la economía. Ahora, el Plan Bonex II y esas reversiones van en el sentido contrario en el marco de un dólar que ya superó los 3 pesos mientras el Estado sigue recaudando en pesos.
u Pero, además, esa operatoria puede interpretarse como un mensaje implícito de los bancos en el sentido de que ellos mismos podrían iniciar la reversión de la deuda en caso de no llegar a un acuerdo con el Gobierno por el nuevo Plan Bonex. De ser así, naufragaría la estrategia oficial por la renegociación de la deuda que contemplaba una Fase 2 (internacional) que requiere previamente una exitosa Fase 1 (local).
En los bancos siguen con lupa cada paso del Ejecutivo. Si Economía desatiende sus reclamos, los financistas están dispuestos a dar marcha atrás con la Fase 1. Los departamentos de legales de las entidades financieras alegan que el Gobierno rompió las reglas del canje, al haber pesificado los préstamos garantizados. Y ese cambio en las condiciones de emisión de los nuevos títulos les permitiría recuperar los bonos originales en dólares. En este caso, volverían a tener títulos públicos negociables en los mercados internacionales y, lo más importante, obtendrían papeles que en su momento fueron lanzados bajo normas internacionales, lo que les permitiría accionar legalmente contra el Estado argentino en tribunales extranjeros.
Los bancos ya dieron el primer paso y sus clientes están recuperando los viejos bonos en dólares. Agazapados, están a la expectativa de los próximos pasos del Gobierno. Habrá que conocer la reacción oficial frente a esa nueva apretada del sector financiero.