¿Fue una decisión correcta pagarle la deuda al Fondo?

–Yo pienso que sí, porque si bien era lo mismo ir pagando, cada vez que venía un pago se volvía a plantear la discusión con el Fondo. No estoy de acuerdo con (Joseph) Stiglitz cuando dijo que le tendríamos que haber hecho una quita. Así nos íbamos a comprar un conflicto con el Grupo de los Siete, ¿para qué si lo podíamos hacer y lo hicimos? Stiglitz está en una pelea legítima con el Fondo desde el punto de vista intelectual y que yo apoyo. Tenemos que seguir discutiendo el rol del Fondo a nivel internacional y los problemas de la arquitectura financiera internacional, pero no se le puede pedir a un país que ponga el interés nacional en pos de la pedagogía internacional, con todos los conflictos que eso genera. La decisión fue bien recibida por Estados Unidos, porque Argentina estaba siempre pidiendo el apoyo de Estados Unidos para ablandar la posición del Fondo en relación con los temas que nosotros planteábamos.

¿Entonces la presión del Fondo se acabó?

–Ahora somos un miembro más del Fondo y estamos sujetos a la supervisión anual que hace del artículo 4. No veo ningún motivo de conflicto.