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Domingo, 26 de febrero de 2006

Tres opiniones sobre la fragilidad del mercado laboral

“Situaciones precarias e inestables”

Horacio Chitarroni
Investigador del Idicso
(Universidad del Salvador)

“En el último año, el empleo registrado aumentó a un ritmo más acelerado que el conjunto de la economía. Sin embargo, el ritmo general de creación de empleo, que en la primera etapa de la recuperación económica había sido muy elevado, se atenuó significativamente. Estas tendencias coexisten con un desempleo todavía alto –aunque en retroceso– y con una significativa proporción de trabajadores en situaciones precarias e inestables. A medida que se avanza hacia una mayor utilización de la capacidad instalada, el crecimiento va requiriendo crecientes inversiones en capital fijo, por lo cual es menor la proporción de inversiones destinada a nuevo personal. Por otro lado, el aumento del empleo registrado no siempre significa creación de nuevos puestos de trabajo sino muchas veces blanqueo de los preexistentes. Además, la demanda de mano de obra del sector formal no siempre puede satisfacerse fácilmente, pues algunas competencias técnicas no abundan en el mercado. Una importante proporción de los desocupados y de los ocupados del sector informal carece de ellas”.

"No acceden a trabajos dignos"

Eduardo Lepore
Investigador del Observatorio
de Deuda Social argentina. UCA

“Los segmentos más deteriorados del mercado de trabajo se nutren de sectores sociales más pobres. Esto genera una segregación en cuanto a la dificultad de acceso a mejores condiciones de empleo. Además, los trabajadores con menores recursos de empleabilidad y credenciales educativas más deterioradas suelen no tener una historia de empleo registrado. Tampoco cuentan con vínculos sociales para acceder a trabajos más dignos. Para revertir este escenario habría que actuar en distintas instancias: una política de promoción de trabajo decente o una fuerte fiscalización sobre la actividad privada. Al mismo tiempo, impulsar políticas tendientes a mejorar la empleabilidad de esos sectores sociales significaría una redistribución de las posibilidades de acceso, como las políticas de formación y capacitación laborales y de terminalidad educativa dirigidas a jóvenes de sectores pobres. También se pueden desarrollar políticas de intermediación laboral para posibilitar contactos entre el trabajador y el empleador”.

“Mecanismos para abaratar costos”

Julio Godio
Director

del Instituto del

Mundo del Trabajo

“El mercado de trabajo en la Argentina se viene modificando desde los ‘90 a favor de una creciente precariedad, propio de la filosofía laboral que proponía encontrar mecanismos para abaratar los costos laborales. Esto explotó con la crisis del 2001. Desde el segundo semestre del 2002, y más fuertemente con el actual gobierno, el desempleo comenzó lentamente a bajar, aunque no al ritmo deseable por una sociedad tan castigada. Hoy, si bien la tasa de desempleo va a seguir descendiendo, la precariedad se mantendrá elevada, dado que se cree que se puede tener competitividad y detener la inflación con salarios bajos. En realidad, la productividad media de la economía actúa de acuerdo con estándares que garanticen inversión, distribución y competitividad en el mercado externo. En este marco, las negociaciones colectivas sólo benefician a un número muy limitado de trabajadores del sector privado. La Argentina tiene un mercado de trabajo con características del tercer mundo, donde cerca del 40 por ciento de los ocupados pertenece al sector formal y el resto se mantiene en la precariedad”.

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