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Las crisis financieras generan restricciones crediticias y la sequía resultante produce jugosos negocios. Los bancos tienen muy poco dinero disponible para prestar y la mayoría de las empresas no cumple los requerimientos que exige el Banco Central para conseguir un crédito. Cada vez más compañías figuran como morosas del sistema. En este contexto, lo que hacen las entidades financieras es prestar dinero por fuera del sistema. Son las famosas mesas de dinero, que manejan plata negra, en operaciones que escapan al control de la entidad monetaria.
Así las empresas consiguen un crédito al que no podrían acceder de otra manera y los bancos hacen un buen negocio, ya que no se ven obligados a cumplir con los requisitos de liquidez que exige el Central. Además, claro, la ganancia obtenida queda fuera de la lupa de la DGI.
En la década del 80 ese negocio había crecido tanto que se estimaba que era tan grande como la banca formal. En la actualidad, según distintas fuentes que consultó Cash y que por lo delicado del tema pidieron reservar su identidad, está creciendo fuertemente. Tanto que aseguran que a las ganancias que muestre el sistema a fin de año habría que sumarle, por lo menos, un 25 por ciento más.
La mayor parte de esos préstamos se hacen a través de ventas de cheques. La operatoria es la siguiente. Las empresas venden sus productos a sus clientes con cheques a, por ejemplo, 30 días; luego toman esos valores y se los venden al banco que les entrega dinero en efectivo, previo descuento del interés correspondiente. Las pymes llegan a pagar hasta 150 por ciento anual por estas operaciones. El negocio también se puede hacer contra documentos.
Una vez armada una mesa de dinero, a los mismos clientes se les ofrecen todo tipo de negocios. Al banco, por caso, le conviene más vender dólares mediante esta operatoria que en la ventanilla, porque cada operación que no registra, pagará menos Impuesto a las Ganancias.
Otro negocio que hacen en las mesas es la compraventa de plazos fijos o de dinero del corralito de cuentas a la vista. Como tratan con clientes con necesidades financieras que, en muchos casos, son acuciantes, los depositantes aceptan quitas de capital muy importantes.