¿Qué pasará con el tren bala o de alta velocidad?

–Mal llamado tren bala. Yo soy un tipo que conoce el mundo y veo trenes de alta velocidad en todos lados. Buenos Aires-Córdoba es un buen corredor para desarrollarlo. Pero hay que arreglar primero el Roca, donde viajan 8 millones de personas por mes. Y en un tren de alta velocidad, que funcione muy bien, pueden viajar 8 millones de personas por año. Requiere mucho dinero. Pero negarse al cambio de la tecnología es una necedad. La discusión en Argentina estuvo espantosamente planteada. Ni se consideró lo que significaba para Santa Fe ese proyecto. Rosario hubiera desplazado en importancia a Buenos Aires. Sólo un tonto puede pensar que estos proyectos se mueren. Los mismos que los cuestionan van a Europa y se maravillan. Acá cambiará la idea cuando Brasil inaugure San Pablo-Río, obra mucho más cara.

Se cuestionaba que era una obra de mucha envergadura económica pero con escaso rédito social cuando hay otras prioridades del transporte.

–Esa es una buena evaluación. Pero un tren de alta velocidad moviliza la industria ferroviaria y obliga a la mejora de otros sistemas. Si tuviésemos un tren así, seguramente se aceleraría la electrificación del Roca o del Belgrano Sur. Se genera un pool de desarrollo. Estar en Córdoba en poco más de tres horas es un cambio de la conectividad. En Europa se debate si estas cosas no se repagan con las externalidades. Es una locura no discutir el proyecto. Es imposible pensar un país sin un sistema de transporte que incluya también un tren de alta prestación