El Teatro Colón se prepara para comenzar la nueva temporada con todas las luces. Porque han comenzado las refacciones de la sala principal y el primer paso ha consistido en dar limpieza a la espléndida araña, de 720 lámparas eléctricas. Construida en bronce bruñido a fines del siglo XIX en Francia, la pieza es considerada una magnífica obra de cincelado. Con 1300 kilos y siete metros de diámetro, fue descendida el jueves pasado al piso de la platea a través de un sistema mecánico de motores y poleas para su puesta a punto y embellecimiento. Durante toda la próxima semana siete personas del sector de luminotecnia del teatro continuarán con la revisión general, renovación de lamparitas y limpieza de los bronces. Una tarea que, por el esfuerzo que requiere, se ha realizado en muy pocas ocasiones a lo largo de la historia del Colón.