Miércoles, 8 de diciembre de 2010 | Hoy
TEATRO › ELENA ROGER REGRESA A LA CARTELERA PORTEñA PARA HACER MINA, CHE COSA SEI
La actriz y cantante realizará tres únicas funciones de aquel tributo a la diva de la canción italiana que significó, siete años atrás, su primer protagónico. Compartirá escenario con el mismo equipo artístico. “El desafío es recuperar aquel espíritu de juego”, señala.
Por Cecilia Hopkins
Luego de interpretar Piaf con resonante éxito en Buenos Aires, después de protagonizar Passion, en el Donmar Warehouse de Londres, la actriz y cantante Elena Roger regresa a la cartelera porteña para realizar tres únicas funciones de Mina, che cosa sei, el espectáculo tributo a la diva de la canción italiana con el cual logró singularizarse como intérprete, luego de participar en grandes elencos de prestigiosos musicales. Las funciones tendrán lugar los días 16, 17 y 18 de diciembre en el Teatro Opera Citi, de Corrientes al 800. Inspirado en la artista emblemática de los ’60 y ’70 (ver recuadro), este espectáculo se gestó a partir de la reunión de los artistas que tomaron parte en la exitosa Jazz, swing, tap. Estrenada en 2003 y repuesta al año siguiente, Mina... cuenta hoy con aquel mismo equipo artístico. Así, Roger estará acompañada por Diego Reinhold, la dirección musical será de Gaby Goldman y la dirección integral, de Valeria Ambrosio. Los músicos también serán los mismos de hace 7 años: Javier López del Carril en guitarras; Andrés Dulcet en bajo; Osvaldo Tabilo en batería y Christine Brebe en violín.
“Nos debíamos volver a hacer este espectáculo, pero no lográbamos conciliar fechas, por los proyectos individuales que tenemos”, explicó Roger en la conferencia de prensa celebrada ayer en el teatro, flanqueada por la directora y Reinhold. La actriz y cantante señaló que “Cada siete años se reinician ciclos. Y si bien cuando estrenamos Mina... nunca pensamos que volveríamos después de tanto tiempo, es una alegría para nosotros, porque fue un trabajo de equipo en todo sentido: jugamos sin prejuicios y en ningún momento juzgamos lo que nos iba saliendo. Claro que ya no somos los mismos: en estos años todos hemos ido adquiriendo experiencia en nuestros rubros y por eso sentimos que es un gran desafío volver a recuperar aquel espíritu de juego”.
Por su parte, Ambrosio subrayó que con el estreno de la primera versión de Mina... –que tuvo lugar el 23 de octubre de 2003 en el BAC, para luego reestrenarse en diciembre del mismo año en el Teatro El Nacional– ambas cumplían una primera experiencia, ella en la dirección y la actriz, en un rol protagónico. El éxito del espectáculo fue tal que, además de obtener varios premios (Florencio Sánchez, ACE y Clarín), Roger sintió que estaba preparada para audicionar en Londres al año siguiente, para el protagónico de la ópera Evita, de Andrew Lloyd Weber, papel que no solamente obtuvo sino que le valió la nominación a varios premios como mejor actriz de musical.
“Este espectáculo tiene que ver con lo emocional, apunta al corazón –aclara la directora– y por eso podemos decir qué ocurre cuando se pone en escena. Es un fenómeno particular, porque no podemos decir que lo estamos ensayando. Sabemos que depende de la entrega energética ante un público dispuesto a emocionarse. Es por eso que lo puedo definir más como pinceladas de una obrita de arte que como obra de teatro”, define Ambrosio.
“Yo no personifico a Mina, sino que repaso su repertorio desde el personaje de una cantante. Y esto tiene que ver con la raíz italiana que compartimos Valeria y yo. Es cierto que mi apellido es catalán, pero me crié junto a la familia de mi madre, que eran todos tanos”, subraya Roger. Estructurado en torno del amplio repertorio de la diva, el espectáculo no intenta ilustrar la biografía de la “tigresa de Cremona”, llamada así en homenaje a la ciudad en la que Mina vivía en 1958, cuando comenzó su carrera. Si bien Roger buscó documentarse, aclara que “no fue con la idea de copiarla en su modo de cantar, ni siquiera físicamente”. Así entonces, la actriz y cantante no emulará el personal look de la italiana que llevaba las cejas completamente depiladas y los párpados repintados de negro. Esta obra pensada como tributo se centra en la idea de teatralizar sus temas: “Mina tenía mucha garra e interpretaba teatralmente las canciones; las letras se prestaban para eso, son muy gráficas”, resume Roger, quien vio todos los videos que pudo sobre la época en la que Mina trabajaba para la RAI, cuando era la estrella de shows televisivos como Canzonissima y Studio Uno.
A Roger le queda, claro está, la intriga acerca de cómo habría interpretado en público las canciones que grabó tras retirarse de la escena, y es en ese margen donde se propuso desplegar su creatividad como intérprete. Porque, ¿cómo saber de qué modo hubiese cantado “Lo shampo”, un tema en el que una mujer, para disipar su aburrimiento, decide lavarse la cabeza? En efecto, las letras de Mina tienen mucho que ver con lo cotidiano: una mujer que va al supermercado y se enamora de todos los hombres que ve, una que visita al médico y le pide todo tipo de remedios, otra que se queja porque tiene una piedra en su zapato. Hay que aclarar que el espectáculo no apela ni a la ironía ni a la parodia. Tampoco intenta subrayar los costados libertarios de una mujer que no dudó en ser madre soltera o en convertirse en una de las primeras italianas que adhirieron a los jeans y las minifaldas. Lo que sí está presente en el espectáculo son los sentimientos contradictorios que los hombres despiertan en las mujeres, tal como lo grafican los temas “Grande, grande, grande” o “Parole, parole”, que figuran dentro del repertorio revisitado por Roger.
–¿Cómo surgió el espectáculo?
–Yo a Valeria la conozco del verano del ’97, cuando trabajábamos juntas. Años después pensé que tenía que hacer un unipersonal. Yo siempre admiré a Alejandra Radano y me parecía bueno hacer, como ella, algo propio. Así que, cuando en el BAC me dieron una fecha, la armamos en apenas tres semanas.
–¿Habrá cambios en relación a la puesta original?
–No, ninguno. Creemos que es parte del desafío. Hace siete años teníamos otra inocencia, porque era una primera vez para todos nosotros. Yo todavía no había hecho un protagónico y Valeria, que era vestuarista, quería comenzar a dirigir. Creemos que tiene que quedar tal cual lo hicimos: un espectáculo que tiene travesura, es visceral, habla de la amistad y el amor. Y es muy divertido. Por supuesto que no la voy a hacer igual, como tampoco voy a hacer igual al personaje de Evita, cuando la reponga en 2012.
–¿Nunca pensó en personificar a Mina?
–No pensamos en que yo haría de ella, sino que repasaría su repertorio desde el personaje de una cantante que se enamora de un músico pero que, en realidad, todo pasa en su cabeza mientras está cantando. Hago canciones enteras y muchos fragmentos. A veces sola, otras con Diego. Las canto en italiano, pero de todas formas la gente se emociona mucho, porque son muy reconocibles.
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