Lucía Salatino, actriz, investigadora y curadora del Festival Humoris Causa, resume así el espíritu de la iniciativa: “Sentimos que el humor ha perdido valor. Porque aparece en todas partes: en la publicidad, en los discursos políticos” y se lo percibe como una cosa liviana, falta de contenido. Algo sin sentido. Creemos que, en realidad, tiene un peso muy fuerte: a través de él se pueden decir cosas tremendas. Queremos reivindicarlo”. La segunda edición de este festival comienza hoy, se extenderá hasta el 15 de abril, y es organizada por las áreas de Varieté y de Investigaciones en Ciencias del Arte del Centro Cultural de la Cooperación (avenida Corrientes 1543), que es la sede principal.

El festival arranca con uno de sus platos fuertes, hoy a las 19: la presentación de un libro del payaso Chacovachi, que trabaja desde los ochenta en plazas y ha recorrido todos los continentes con su arte. Desde el área de Varieté del CCC, Salatino viene siguiendo sus pasos y estudiando su carrera. El libro se llama Manual y guía del payaso callejero (ver recuadro). “Uno de los objetivos del festival es que se note la diversidad de formas que hay de hacer humor. Que se vean representadas en una cartelera y que esto sirva para su visibilización. No está muy difundido el humor”, explica Salatino. Chacovachi será entonces el exponente del arte callejero en la programación, que incluye “clown, teatro físico y un humor más agridulce”, entre otras cosas. La propuesta cuenta con el auspicio del Instituto de Artes del Espectáculo de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y la producción ejecutiva de Pablo López.

El miércoles 30 a las 21.30 en la Sala González Tuñón se podrá ver Rauch, con dirección de Julieta Carrera y actuaciones de Cecile Caillon, Rosina Fraschina, Fred Raposo y Gabriel Wolf. “Cuenta la historia de la dueña de un restaurante que intenta entrenar a sus mozos para la inauguración, en clave de clown y teatro físico”, adelanta la curadora. Aparte de situaciones grotescas, el espectáculo se compone de música y juegos coreográficos, para contar el sometimiento de tres empleados. El casting-un actor fuera de cuadro y Antihéroe off tienen en común el “humor agridulce” que conduce la ficción. Antihéroe off, con dirección de Paula Marrón y actuación y dramaturgia de Patricio Abadi (miércoles 13 de abril a las 21.30) es “la historia de un actor que intenta rebuscárselas y que saca a relucir todos sus personajes para conseguir dinero y reencontrarse con su hijo que está en Inglaterra”. El casting también “reflexiona sobre la vida del actor y las adversidades del trabajo”. Escrita y dirigida por Sebastián Kirszner, cuenta con un elenco conformado por Augusto Ghirardelli, Daniel Ibarra y Eduardo Lázaro. Se la podrá ver el viernes 1º de abril a las 21, en La Pausa, teatro ubicado en Avenida Corrientes 4521. Luego de la función habrá una mesa de desmontaje con los artistas.

Otra opción es Vivo Urdapilleta (miércoles 6 a las 21.30), que aúna monólogos y poemas de Alejandro Urdapilleta, incluidos en Vagones que transportan humo. “Tiene mucha improvisación. Diversos personajes van saliendo de distintos lugares de la sala y empiezan a decir los textos. Hay reminiscencias del ambiente del Parakultural, de todo ese delirio”, sugiere Salatino. Dirige Sofía Guggiari y actúan Frida Jazmín Vigliecca, Mariano Kevorkian, Sara Llopis, Andrés Rasdolsky, Paula Beovide, Sebastián Man y Sergio Mayorquin. La inclusión en el cronograma de este trabajo hecho por jóvenes tiene que ver con otra de las intenciones del Humoris Causa: reunir en una misma plataforma a artistas de extensa trayectoria y a las nuevas generaciones que “se encuentran explorando nuevos territorios.”

La programación se completa con una charla-debate con los actores, dramaturgos y directores de los espectáculos, coordinada por Salatino. El viernes 15 a las 19, los artistas plantearán sus reflexiones acerca del humor, sus prácticas, problemáticas y especificidades, al tiempo que intercambiarán concepciones, formas de entender y de hacer. “En este tipo de encuentros se entabla una relación más cercana entre público y artista. El público puede entender más los mecanismos, los modos de producción. Y el artista puede hacer llegar su pensamiento”, añade la actriz, que en el área de Varieté del CCC trabaja con el director Christian Forteza y la actriz y payasa Angeles Cravero. Los tres investigan y a la vez producen: “Es una linda mezcla”, recalca.

“Uno de los objetivos del festival es reinvidicar el humor. Creemos que está venido a menos. Además, nos parece interesante reivindicarlo pensando en la coyuntura política que estamos viviendo. Es interesante ver cómo funciona en cada época. Ahora, en las redes sociales, se ven las ocurrencias de la gente. Mediante el humor se pueden decir cosas tremendas. Funciona como válvula de escape y es una forma de entender la realidad. Es un modo más de análisis y nos parece maravilloso. Y no es simple, está hecho de un montón de mecanismos”, concluye Salatino. Las entradas para los espectáculos tienen un costo accesible y las de las mesas son gratuitas.