Viernes, 17 de junio de 2016 | Hoy
TEATRO › RICARDO HALAC Y EMILIANO DELUCCHI PRESENTAN SEGUNDO TIEMPO, EN EL TEATRO LA COMEDIA
De final abierto, varias veces repuesta en el país y montada en toda Latinoamérica, la clásica pieza de Halac vuelve remozada.
Escrita por Ricardo Halac, Segundo tiempo se conoció en 1976, con Luis Brandoni, Marta Bianchi y Chela Ruiz, bajo la dirección de Osvaldo Bonet. Y como ya había comenzado la dictadura militar, tres días después del estreno, Brandoni y Bianchi fueron detenidos e interrogados en forma separada. Antes de ser liberado, el actor recibió una advertencia: “No vuelva a trabajar más ni con judíos ni con marxistas”. “Que haya seguido trabajando conmigo es algo que no olvido”, asegura Halac en una entrevista con este diario, junto a Emiliano Delucchi, director de la nueva versión de la misma pieza que ya puede verse en el Teatro La Comedia, de Rodríguez Peña al 1000.
Formado con Agustín Alezzo, Delucchi conoce bien la obra original porque la hizo como actor a los 18 años, en el ámbito del taller. Cuando Halac le anunció que realizaría una reescritura de la obra, enseguida aceptó dirigirla. El elenco está formado por Shirley Giménez, Laura Insua y Ulises Pafundi. Obra de final abierto, varias veces repuesta en el país y montada en toda Latinoamérica, según apunta el autor, Segundo tiempo describe las desavenencias de una joven pareja que finalmente decide separarse un tiempo para tomar distancia de las situaciones que la han puesto en crisis. Es que Pablo no acepta que Marisa piense más en el estudio y en el trabajo que en la maternidad y las cuestiones propias de un matrimonio.
Para este reestreno, Halac actualizó la obra y desarrolló algunos aspectos que antes aparecían sin demasiadas consecuencias. Como las actitudes violentas que Pablo tiene para con Marisa. “Desarrollé lo que tiene que ver con la violencia de género”, afirma Halac, y subraya: “Tenemos que considerar que la mujer está siendo hostigada en todos los ámbitos”. También el personaje de la madre sufrió cambios en esta versión: ya no es más la viuda que se recluye en su casa esperando la visita del hijo sino que es una mujer activa que emprende su propias búsquedas. Pablo, por su parte, entiende que su padre es responsable de muchas de sus actitudes violentas y, según apuntan Halac y Delucchi, “a modo de venganza saca de la pared el retrato del padre, haciendo referencia a cuando se bajó la foto de Videla”.
–¿Qué aspectos de la obra le parecen fuera de tiempo?
–Emiliano Delucchi: Creo que la obra creció mucho. Sus personajes, tal como estaban en la obra original, eran muy de los años 70 y por ese motivo me resultaba lejana. Hoy el hombre sabe que hay cosas que no puede decir, aunque las piense. Y la mujer, por su lado, aprendió el modo de defender sus derechos. Pero los conflictos que plantea Segundo tiempo están vigentes.
–¿Cuál es el cambio en la obra en relación a la concepción de pareja?
–Ricardo Halac: Antes el matrimonio estaba visto como una totalidad que conformaban dos personas. Esta idea de dos mitades de un todo ya no existe más: una pareja está conformada por un hombre y una mujer que diariamente hacen pactos de convivencia para seguir funcionando. Y si el amor se mantiene, ellos se mantendrán unidos.
–Hay varias ideas que desarrolla la obra. ¿Cuál es la principal?
–R.H.: El psicoanálisis intentaba descubrir porqué el ser humano masculino fue haciendo agua como pilar de la sociedad. Antes, el hombre se sentaba en la cabecera de la mesa porque se esperaba que desde ese lugar resolviera todo, hasta lo que no sabía cómo enfrentar. Esta obra rechaza la idea de que el hombre lo puede todo.
–E.D.: Para mí, la obra lleva implícito el mensaje de que no es tan difícil entender que un hombre no debe ser violento con la mujer. La obra va mostrando todo lo que lleva al hombre a actuar como un abusador de la mujer.
–¿Qué pasa luego del reencuentro?
–E.D.: En la nueva versión los personajes evolucionan luego de reencontrarse.
–¿Cómo se muestra esa evolución?
–E.D.: Pablo ya no quiere poner a la mujer en un lugar agresivo. La puesta tiene mucho ritmo y mucho humor. Hasta que eso se detiene hacia el final y, en el epílogo, los personajes se preguntan qué entendieron de todo lo que les pasó y qué es lo que les falta aprender.
–R.H: Yo creo que el teatro tiene que dejar un mensaje a la sociedad. Es su obligación. Y con esta obra hacemos nuestro aporte sobre el tema de la pareja.
Segundo tiempo, Teatro La Comedia (Rodríguez Peña 1062) viernes a las 21.15.
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