Viernes, 2 de septiembre de 2016 | Hoy
TEATRO › EL CLUB DEL TITERE
Por Paula Sabatés
Club Sudamericano del Títere: así decidieron llamar los titiriteros Manuel Mansilla y Gustavo Garabito a un nuevo espacio que abre sus puertas hoy. Con base en el bello teatro El Trompo (Colombres 1364), en Boedo, y en principio con actividades los dos primeros viernes de cada mes, el objetivo del CST es generar un espacio de encuentro entre los exponentes en Buenos Aires y darle una “nueva identidad” a la disciplina. Además de los espectáculos –la idea es que pasen por el club artistas de todas partes del mundo– habrá torneos mixtos de voley entre elencos titiriteros en parques públicos de la ciudad y entre los “afiliados” se soretearán entradas para espectáculos de títeres que se muestren en otros teatros porteños, además de libros y material audiovisual.
Lo primero que tendrá de club el CST será el espíritu: las funciones arrancarán los viernes a las 21 pero la cita será una hora antes, para que en ese tiempo titiriteros y público se encuentren y pasen un tiempo con sus hijos y amigos. “Hicimos una antropología de nuestro pasado y descubrimos que en los clubes vivimos cosas alucinantes. En lo personal, en el Club Quintana de Lanús aprendí a jugar al básquet, en El Ceibo de Banfield al metegol, y en el Julio Argentino Roca, de Remedios de Escalada, conocí a mi primera novia. Los titiriteros necesitamos un espacio así, que nos congregue y en el que nos podamos sentir amparados, sobre todo en este momento que está viviendo el pueblo y el país”, cuenta a Página/12 Mansilla, oriundo de Lomas de Zamora.
Pero además del encuentro, lo que guió a los titiriteros a crear el CST fue algo más ideológico: “Como nueva generación de titiriteros estábamos obligados a romper, a buscar nuevos formatos. Vivimos lo que fue la explosión, post crisis del 2001, del varieté y el café concert, y la naturaleza de nuestro teatro fueron la adaptación, la creación y la búsqueda. Surgimos en la resistencia. Y ahora entendemos que hay que repensar la forma de hacer títeres en la Argentina”, sentencia el artista, que asegura que “no hay nueva dramaturgia ni nuevos directores” y que “falta riesgo”. “El club viene a buscar eso. Estamos empezando a entrenar a uno de los equipos que quiere crear una nueva liga y que en un tiempo va a salir a jugar en primera, pero de verdad”, asegura.
¿Cómo se puede afiliar alguien al club? Es simple: los titiriteros harán una pregunta “muy fácil”, que el interesado en afiliarse tendrá que contestar bien. “Por ejemplo, una será cuál es el nombre de una de las ranas más famosas del mundo de los títeres”, cuenta Mansilla, en referencia a la Rana René. “Igual que nadie se ponga mal, porque el que no lo sepa se puede ir a averiguarlo y volver en un ratito y contestarla. La afiliación es ilimitada”, sostiene el titiritero, que entre sus planes próximos tiene la organización del primer campamento nacional de titiriteros, que se va a realizar en Córdoba el año próximo.
En cuanto a los espectáculos, hoy se verá El ladrón de los juguetes, de la compañía Cachirulo que dirige Jorge Rey (oriunda de Galicia, España), y el próximo viernes se verá El árbol de Ko, de la compañía Avuelopajaro, de Esteban Herskovitz, desde Coquimbo, Chile. Las entradas serán a la gorra “pero, por las dudas, hay que saber los nombres de los Muppets”, sugieren los titiriteros.
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