Sábado, 1 de octubre de 2016 | Hoy
TEATRO › LA RUNFLA CELEBRA 25 AÑOS CON SU PROPIA INTERPRETACION DE LA INDEPENDENCIA
Así define Héctor Alvarellos, director y fundador, el contexto en el que el grupo de teatro callejero presenta 1816. La Pulpería de la Independencia, el espectáculo que puede verse en su clásico enclave del Parque Avellaneda.
Por María Daniela Yaccar
La Runfla, el emblemático grupo de teatro callejero, está cumpliendo un cuarto de siglo. Parte de los festejos es el estreno, en Parque Avellaneda –su “lugar de pertenencia” desde 1993–, de 1816. La Pulpería de la Independencia. 200 años de historia para sacarse chispas. Entre el comic, el sainete, el grotesco y el melodrama, el espectáculo refleja las posibles discusiones en torno a los orígenes de la Patria; las diferentes perspectivas ideológicas. “Estamos en tiempos de un teatro urgente. Tenemos que recuperar el deseo, transformar la dificultad en energía, hacer de la lucha una compañera, ejercitar la memoria, la escucha y el silencio. Y defender el derecho de hacer arte en cada esquina”, sostiene el director y fundador del grupo, Héctor Alvarellos, en diálogo con Página/12. La obra, escrita por él y Cristina Escofet, se presenta los sábados a las 21, en Avenida Directorio y Lacarra (mástil principal).
Cuando el Movimiento de Teatro Popular se disolvió, los grupos que lo integraban tomaron distintos caminos. Pero dos se juntaron: La Obra y El Encuentro. De esa unión, en 1991, surgió La Runfla, que en lunfardo significa “gente de una misma especie unida por un objetivo común”. “En los noventa se metieron todos adentro. Empezó la reja. El neoliberalismo. Durante todo ese momento fue una resistencia permanecer en espacios abiertos; nos sentíamos bastante solos. Entramos al Parque Avellaneda y establecimos un nexo con organizaciones vecinales y actores culturales que ya estaban. Hoy esta región tiene una gran red social”, dice Alvarellos, quien destaca, de todo el recorrido de La Runfla, la fundación de La Casita de la Selva, su espacio cultural, y la creación de cursos de Formación del Actor para la Actuación en Espacios Abiertos, que actualmente dependen de la Escuela Metropolitana de Arte Dramático.
“Quiero destacar la grupalidad, es una satisfacción. El recorrido por diferentes estéticas, la territorialidad, el eje en nuestra actividad teatral. El teatro callejero como lenguaje”, enumera el director, y resalta también, a modo de balance, la edición de un libro sobre la temática, la realización de un documental (Arte sin techo) y la continuidad de otros tres miembros que están desde el comienzo: Gabriela Alonso, Estela Rocha y Javier Giménez.
En el marco de su aniversario La Runfla está presentando, también en Parque Avellaneda, De Chacra, Tambo y Glorietas. La historia se hace presente (sábados a las 15). Se trata de un espectáculo creado a partir de una recopilación histórica, el anecdotario popular y mitos, “para mantener viva la memoria del querido parque”. “Es un espectáculo de 2000, que ahora hacen actores nuevos que abrazan este lenguaje”, explica Alvarellos. Adelanta que en noviembre se realizará el Encuentro Nacional de Teatro Callejero de Grupos, creado por La Runfla, y que tiene lugar cada dos años.
“En estos años hemos crecido artística y biológicamente, pero sentimos que todavía falta para instalar este lenguaje en un lugar de mayor visibilidad. Es éste nuestro permanente desafío”, explica. “Siempre estamos en el margen. Sabemos que haciendo teatro en la calle no vamos a estar dentro del statu quo... Nuestras obras no están en el edificio, no encajan con el concepto burgués de edificio teatral; luchamos con la temperatura, los traslados, los permisos... para los medios de comunicación, la sala es un templo. Pero nosotros creemos que los creyentes están tanto adentro como afuera del templo”, concluye.
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