Martes, 31 de julio de 2007 | Hoy
TEATRO › GESTIONES POR LA CRISIS
Los artistas y empleados se reunirán hoy con Alberto Fernández, en busca de soluciones.
Por Hilda Cabrera
“Cada día es un paso atrás, comienza agosto y el Cervantes no inició su temporada”, dijo Hugo Urquijo, en la conferencia de prensa realizada ayer en el patio de actores del Teatro Nacional Cervantes. Lo acompañaban Juan Carlos Gené por el Celcit, Norberto Gonzalo por la Asociación Argentina de Actores y otras personalidades de entidades teatrales y culturales, de los organismos de Música y Danza de Cultura de la Nación y delegados de Ate/Cultura y de los trabajadores del Cervantes, que desde abril realizan movilizaciones para hallar solución al conflicto artístico-técnico que afecta a la sala y para el que aún no han obtenido una respuesta positiva. Profesionales de la cultura, trabajadores y artistas expresaron su enojo y estupor ante una situación “a esta altura absurda” que cercena la actividad cultural y “el legítimo derecho del público a ocupar las salas”. Hasta el momento, las convocatorias no parecen haber dado en el blanco: “Cultura, Economía, Trabajo y Gestión Pública no han sabido ni han querido resolver el conflicto”, dijeron los teatristas. Los afectados presentaron ayer un documento ante la Defensoría del Pueblo de la Nación, a cargo de Eduardo Mondino. “Planteamos que la crisis que atraviesa el teatro quedará enunciada como histórica debido a la indiferencia del Estado frente a los valores de la cultura”, apuntó Urquijo.
Se aludió concretamente a las declaraciones vertidas el jueves 26 por el secretario José Nun, analizándolas punto por punto. Se sabe que éstas fueron campo propicio no sólo para desmentidas sino para bromas en algunos blogs que circularon por Internet. “Ni la crisis está superada ni los actores están ensayando ni en dos meses subirá el telón”, señalaron. Entre las tergiversaciones se destacó la alusión del secretario a la gestión del director renunciante Alejandro Samek, de quien dijo que “siguió contratando personal cuando se estaba en conflicto”. En la conferencia quedó claro que no se trataba de “ñoquis”, sino que Samek había renovado los contratos del personal en conflicto, y que en octubre y setiembre de 2006 contrató –a pedido de un jefe de área presente en la conferencia– “a un especialista en iluminación y otro en sonido, que eran necesarios”.
A la pregunta de si el secretario podría ser sancionado, el abogado Jorge Grinbaum recordó el caso de un funcionario penado por la falta de suministro de agua a la Villa 31: “Le hicieron pagar una multa de 100 pesos por día. Eso fue un viernes y el lunes ya tenían agua”.
La novedad fue –además del pedido de una urgente intervención del Gobierno en este asunto y la entrega de un documento a Defensoría– la reunión a la que fueron convocados para hoy desde la Jefatura de Gabinete que encabeza Alberto Fernández. Respecto de las expectativas, Juan Carlos Gené se mostró cauto pero firme: “Está en ellos encontrar la solución”. Sin duda el embrollo sigue en otro terreno. Hoy mismo, a las 15, habrá otra reunión en el Ministerio de Trabajo con los delegados de Ate. Uno de ellos asumió que las paritarias sobre la carrera de los trabajadores técnico-artísticos vienen frenadas desde hace tiempo: “Hemos rechazado las propuestas que el Estado empleador ha hecho. Se habla de una carrera absurda de 40 años al cabo de las cuales sólo se puede padecer penuria. Nosotros hicimos nuestros planteos pero no obtuvimos una mísera respuesta. Creemos que no hay voluntad”. Esta situación abarca a los artístico–técnicos: “UPCN firmó un acuerdo que los trabajadores no corroboraron”.
En cuanto al anuncio de una convocatoria del secretario José Nun a los elencos de Todo verde y un árbol lila y Cremona (sobre la que Página/12 informó el sábado), y que ayer la Secretaría volvió a anunciar, se la tomó como una curiosidad. La decisión fue que, según subrayó el secretario General Norberto Gonzalo, los elencos sólo se presentarían acompañados por delegados de Actores. Durante la conferencia no hubo punto sin aclarar, entre otros que mañana quedarían sin trabajo 16 empleados del Cervantes a los que no se les reconoce la categoría de trabajadores en conflicto.
Tampoco los programas federales que lleva a cabo el Cervantes fueron olvidados. Se trata de espectáculos realizados en colaboración con las gobernaciones. Si bien se rescató el trabajo de los elencos provinciales, la opinión generalizada es que con esto se obvia el conflicto en la Capital. El pedido de los presentes fue unánime: “Esta situación debe acabar porque el problema cierra siempre por los más débiles”. Alguien recordó que meses atrás se dijo que el presidente Néstor Kirchner había manifestado –por intermedio del jefe de gabinete Alberto Fernández– que el conflicto debía solucionarse. La pregunta es “entonces, quién o quiénes en la cadena de funcionarios son los que están incumpliendo”. Hoy habrá un nuevo capítulo.
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