Si bien el teatro independiente de Buenos Aires abrió la temporada 2008 con leyes que lo han beneficiado, en tanto comunidad no cesa de señalar falencias referidas a esas leyes y a otras de tipo burocrático. Esto se reiteró, aunque con ánimo calmo, en la reunión del lunes en el Teatro del Pueblo, organizada por la entidad Proteatro, creada en 1999 para apoyar la actividad escénica no oficial de la ciudad. No oficial significa aquí la de los independientes y la de aquellos otros no contemplados en esa categoría. El actor y director Onofre Lovero, a cargo del ejecutivo desde su fundación, presentó al nuevo directorio y transmitió a la platea, compuesta por actores, directores, dramaturgos, artesanos, técnicos de la escena y dueños y encargados de salas, el compromiso de la Legislatura porteña de elevar el presupuesto de 2008 a 3,6 millones.

El encuentro sirvió para que algunos integrantes de las salas y grupos teatrales independientes (“estables o eventuales”) dieran rienda suelta a prevenciones y dudas. Se hizo alusión a las demoras en el cobro de subsidios que –se aclaró– son ajenas a Proteatro, pues la responsable de los pagos es Contaduría General. Otro asunto se sumó al reclamo: las exigencias de Hacienda, de la que tampoco se salvan los espectáculos unipersonales. Para aliviar penas, la entidad solicitó autorización para modificar el Decreto Reglamentario.

Dispuestos al diálogo, los integrantes de Proteatro invitaron a enviar sugerencias para mejorar el funcionamiento de esta entidad, que en 2007 entregó 231 subsidios a elenco y grupos, en valores que oscilaban entre 1500 y 10 mil pesos. Para ello se ofrecen los mails [email protected], con copia a [email protected]. Han tomado la posta en el directorio: Francisco Carcavallo, el actor y director Enrique Dacal, el actor Mauricio Minetti, la actriz Dora Prince, la investigadora Cora Roca, la actriz Gabriela Lerner (con cargo en la Asociación Argentina de Teatros Independientes, Artei) y el autor y director Néstor Sabatini.

Lerner se refirió, entre otros asuntos, a las falencias en las leyes reglamentadas y al karma que vienen padeciendo las salas y los elencos desde la masacre de Cromañón: “Primero íbamos a golpear puertas para que nos dieran el marco legal, después, cuando sucedió lo de Cromañón, todo se tiñó de pánico y ahora las complicaciones se deben a que algunas salas se manejaron con reglamentos ahora caducos.” El amparo que brindaba el DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia) caducó en 2007. De ahí que a la ley de teatros a futuro se le sumó un artículo que incluía a esas salas, pero también en este caso acabó el amparo. La vigencia llega hasta mayo de este año y los teatros no pudieron concretar los cambios necesarios para ser habilitados. “Los subsidios demoraron horrores –apuntó Lerner–, pero algo se hizo. El ministro de Cultura, Hernán Lombardi, está gestionando una prórroga de un año para adecuar los teatros a la nueva normativa.”

A partir de abril, se publicará una cartelera de espectáculos en la página web y, próximamente, en la de Turismo. Otro asunto destacado en la reunión fue el armado de un depósito de escenografías y utilería bajo la autopista que cruza el barrio de Barracas. Un integrante del Centro Cultural Barracas puso reparos, pues no tenía claro si ese lugar sería destinado a “depósito de materiales para reciclar en nuevas producciones y escenografías en tránsito” o se convertiría en símbolo de desintegración cultural. Lo que artistas y vecinos temen es que el barrio se transforme en zona para todo uso. Había trascendido incluso una propuesta hecha en tiempos de la jefatura de Gobierno de Jorge Telerman de instalar una perrera bajo la autopista. Más allá de estos temores se anunció la puesta en marcha de un festival de teatro, que se realizará entre el 19 y 25 de mayo y ocupará varias salas de la ciudad. El precio de las localidades será de cinco pesos y el Ministerio de Cultura se encargará de subsidiar diez pesos por cada entrada que se venda, tomando además a su cargo la prensa y publicidad del festival.