Viernes, 3 de agosto de 2012 | Hoy
CHICOS › INSOMNIO, EL DEBUT DE LA COMPAÑIA DE TEATRO JUVENIL
Por Karina Micheletto
Se estrena en la cartelera porteña una obra original por varios motivos: primero, por proponer un espectáculo musical para toda la familia. También por dar lugar a la creación, a partir de este primer estreno, de una Compañía de Teatro Juvenil, compuesta por artistas de entre 8 y 19 años, de las más diversas disciplinas, desde la ópera hasta el ballet, la actuación y la ejecución de instrumentos. Y por tratarse de un proyecto cooperativo que apuesta a la formación de jóvenes, intentando mostrarlos, según se advierte, de una manera diferente a la instalada desde ciertos medios de comunicación. Insomnio, que se estrena este domingo en el C. C. Borges (ver aparte), tiene la múltiple dirección del reconocido Ricky Pashkus (director emérito de la Fundación Julio Bocca y de su propia escuela), Gustavo “Tweety” Monje (actor, director y autor de infantiles y comedia musical), el director musical Hernán Matorra, el compositor Astom y la coreógrafa Milagros Michaël.
“No es por pretenciosos que somos muchos directores, sino porque en esta mezcla de educadores y puestistas, cada uno tiene una gran responsabilidad –advierte Pashkus en diálogo con Página/12–. Si bien la versión final de la puesta está a mi cargo, hay una relación pedagógica diferente cuando se trata de chicos, y hay que ser cuidadosos.” La idea inicial, cuenta Pashkus, fue la de formar una compañía con chicos y jóvenes. Y el punto de partida, un casting con una convocatoria de lo más abierta: “Si te gusta hacer algo y lo hacés muy bien, vení”. “Se presentaron 350 niños, superó las expectativas. Nos sorprendió porque era un proyecto cooperativo, de esos que no garantizan ganar diez o mil pesos –sigue Pashkus–. Eran chicos que estaban siendo convocados para un proyecto pedagógico, para seguir sus procesos de entrenamiento, y a su vez para montar un espectáculo, el primero de otros que irá produciendo la compañía.”
Quedaron seleccionados 25 chicos, de las más diversas disciplinas: “Un cantante lírico, chicos que cantan pop, dos acróbatas como los de los Juegos Olímpicos, otro grupo que hace maravillosamente danzas callejeras, un chico que, sin exagerar, es una estrella prominente del ballet, otros que son los típicos amantes de la comedia musical, que cantan, bailan y actúan muy bien, un pianista, un bajista, una actriz de 8 años que nos dejó a todos con la boca abierta –enumera el director las habilidades de los protagonistas–. Todos tienen formación paralela, pero van a recibir después del estreno un acompañamiento pedagógico de la compañía.” Otra particularidad de Insomnio es que su guión se armó una vez terminado el casting, y no antes: “Los padres preguntaban: ‘¿De qué se va a tratar?’. Les explicábamos que lo íbamos a saber cuando estuvieran elegidos los chicos. Sólo sabíamos que era Insomnio, pero no por la idea de no poder dormir, sino para contar por qué hay que mantenerse despiertos, cuáles son los sueños que nos mantienen en pie”. Finalmente se conformó un espectáculo que combina canciones originales, actuación, baile y otras formas de expresión como el hip-hop, la música y la acrobacia, sustentando además por una moderna escenografía virtual, con un trabajo de mapping y un colorido vestuario.
–Hablan de “alejarse de la imagen que se difunde en los medios de comunicación”. ¿Por qué?
–Como pedagogo, busco decirles a los chicos y a los padres que no compren esas frases hechas que son en realidad expulsivas: el refranerío que dice que está todo arreglado, que el talento no sirve, que no vale la pena intentarlo. Eso es mentira: todavía hoy el cartel de Norma Aleandro es más grande que el de cualquiera que tiene 50 puntos de rating. No digo que gane más plata, lo que digo es que cada uno elige. Esas mentiras son atemorizantes y propician una hiperadaptación de padres o de nenas que terminan vestidas como vedettes. No es que eso me parezca mal de por sí: si a la nena le gusta jugar a ser vedette no tengo problemas, pero si lo hace porque cree que es necesario para triunfar, está siendo engañada. Los chicos de Insomnio representan a los tantos que buscan, se esfuerzan, tienen entrega, historias para contar, que estudian, de distintos lados, barrios, con diversas formaciones. Son chicos reales y talentosos.
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