“Mi vida como músico es un ejercicio sobre la futilidad, sin ningún disfrute (...) He tomado la decisión de abandonar mi carrera musical para lidiar con los negocios.” Con esa frase, lanzada en su primera entrevista para un medio gráfico en siete años, en el Financial Times (“el único diario que leo”), el inglés Robert Fripp manifestó su hartazgo por la batalla legal que lleva adelante por el uso de la música de King Crimson contra Universal, multinacional que compró el catálogo del viejo sello EG. “Mis problemas con la industria hacen que no me pueda concentrar en la música”, señaló el guitarrista, dando las razones de una noticia que produjo desazón entre los fans de esa leyenda del rock progresivo.