Luego del éxito mundial que le significó al cuarteto su disco Alive!, Kiss se enfrentó con Destroyer a uno de sus proyectos más ambiciosos y espectaculares, un atronador álbum de hard rock que, sin embargo, conjugó a la banda con la Filarmónica Sinfónica de Nueva York. Considerado desde entonces como uno de los más grandes discos de la tradición del rock duro, Destroyer regresa a las bateas remezclado por Bob Ezrin, productor que estuvo a cargo del pulido del álbum. Ezrin venía de trabajar con Lou Reed (Berlin) y Alice Cooper (desde Love it to Death) y se convertiría en coproductor de Pink Floyd a partir de The Wall. Además de mostrar a la formación clásica de Kiss encarando temazos hard rock como “Detroit Rock City”, “God of Thunder” o “Great Expectations”, ahora con un audio un poco más cristalino y ajustado, Destroyer {Resurrected} también hace una reparación histórica con el bonus track de... un solo. Pero no cualquiera: el original de “Sweet Pain” por “Space Ace” Frehley, que en las sesiones se rehusó a grabarlo porque no quería interrumpir... ¡un juego de cartas! y que en su lugar registró Dick Wagner, miembro del grupo de Alice Cooper.