Domingo, 4 de diciembre de 2011 | Hoy
CULTURA › MóNICA SCHWARTZ Y SU LIBRO CóMO VINO HOY PAPá
El relato, destinado a niñas y niños en edad escolar, aborda la problemática de un modo sencillo y didáctico. La idea de la autora es armar una colección de textos infantiles para “visibilizar este tema, que muchas veces se cree que es ‘natural’ en la sociedad”.
“Poner el acento en el rechazo a distintas manifestaciones de violencia y valorizar la igualdad de género para formar una red social de afrontamiento.” Ese es el objetivo principal que se plantea Mónica Schwartz en Cómo vino hoy papá, su libro destinado a niñas y niños en edad escolar sobre la problemática de violencia familiar y de género. Se trata de un breve cuento infantil, con un tratamiento didáctico, sencillo y entretenido para trabajar un tema sensible y difícil de abordar con los más chicos. “El libro es más cercano desde lo visual, de lo táctil. Y por eso se me ocurrió trabajar el tema desde ese lugar, porque me parece que de esta manera puede ser más fácil de llegar a los chicos por los dibujos y el texto”, explica la autora, quien además planea echar a rodar un proyecto más amplio: armar una colección de textos infantiles sobre la temática para trabajar en las escuelas.
Cómo vino hoy papá, ilustrado por el dibujante Iván Kohan, cuenta de manera simple y con dibujos en blanco y negro la historia de una familia que sufre la enfermedad del padre alcohólico, que cuando toma se pone violento con su familia. Y eso genera el malestar y la angustia de la mamá y de los hijos. Una situación extrema que sucedió por primera vez en la casa marcó una diferencia para ellos y abrió una nueva posibilidad: el padre, con la ayuda de la madre, acepta hacer un tratamiento para curarse y retomar y sanar el vínculo afectivo con los hijos y su esposa. De esta manera, Schwartz propone desde una perspectiva pedagógica visibilizar y abrir la discusión en las escuelas y en las familias sobre la violencia familiar y sus consecuencias. “Este libro intenta ser un material de apoyo y prevención para los profesionales que trabajen en las áreas de salud, para las instituciones, la escuela y la familia. Y para el lector en general, para entender y formar parte de un red social de contención y prevención de la problemática, que tantas familias sufren”, consideró en la entrevista a Página/12 la autora del libro, que se desempeña como psicóloga y se especializa en niños y adolescentes.
Para la escritora, la violencia de género “habla de una asimetría. De un lugar de poder de uno sobre otro. Y que puede ser ejercida de distintas maneras. No sólo desde lo físico, también desde lo psicológico o cognitivo”. Schwartz plantea también la necesidad de un proceso de desnaturalización de la violencia a partir de tomar conciencia de la problemática. “Me interesa trabajar el tema con los chicos porque muchas veces padecen situaciones como las que cuenta el libro, sin saber que lo que están viviendo no es normal ni sano y pueden sentirse identificados con la historia y empezar a hablar de su situación particular.”
La autora, que realizó diversas investigaciones sobre violencia de género, considera que es importante que desde las instituciones educativas se empiece a trabajar sobre la temática. “Me parece interesante que se trabaje desde las escuelas primarias, para visibilizar este tema, que muchas veces se cree que es ‘natural’ en la sociedad.” Y por otro lado, sostiene que “es importante que los niños retomen la lectura, que en general es muy poca, y se está perdiendo a nivel social”. Por eso, a la hora de producir el libro, Schwartz elaboró un texto coherente y sencillo que posibilita la reflexión y comprensión del mensaje. Cómo vino... “ayudará a que los chicos conozcan de qué se trata el tema de la violencia y cómo se cura, para que pregunten y se pregunten a sí mismos; para darse cuenta de que no todas las personas son iguales, que pegar no debe ser un modo de querer y que para que vean que hay otros modos de relacionarse”.
–¿Qué cree que va a generar este libro en los niños?
–Creo que va a ayudar a que los chicos se den cuenta de que no es “normal” vivir situaciones de violencia. También para poder integrarse en la escuela y lograr que estos niños sean escuchados por sus compañeros. Este libro también estimula al adulto porque uno puede verse identificado con algunos de los personajes del cuento. Me parece que para los niños va a ser fantástico. La idea principal es que este trabajo pueda ayudar.
–¿Y en las instituciones educativas?
–Para trabajar desde la escuela sirve como un libro de apoyo, ya que a los docentes tampoco les enseñaron a trabajar sobre el concepto de la violencia de género. Es un texto para ser leído por los niños a través del docente. Pienso en la escuela como un medio de difusión y de contención.
Informe: María Luz Carmona.
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