Momentos intensos que ocurrieron en la entrega de los Premios Democracia, que otorga el Centro Cultural Caras y Caretas: José Pablo Feimann renunció a la distinción que le hiciera la Legislatura porteña en mayo, ya que es exactamente la misma que recibió en los últimos días Marcelo Tinelli. Alejandro Sabella casi rompe en lágrimas al recordar que la Selección no obtuvo el primer puesto en el Mundial de Fútbol. Cuando subió al escenario Eugenio Zaffaroni, el público se unió espontáneamente en un grito colectivo: “No se va, Eugenio no se va”. Claudia Acuña, en representación de Revista MU, se acordó de mencionar a Luciano Arruga. Y estuvo Estela de Carlotto, cuya presencia emociona siempre y a quien prácticamente todos los ganadores reconocieron como referente.

La sexta edición de los Premios Democracia ocurrió en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso Nacional, ayer, pasadas las 19. Estos premios surgieron en 2009, en consonancia con el aniversario número 25 de la democracia. Los ganadores son elegidos por un jurado –integrado por los que lo recibieron en la edición anterior y presidido por Carlotto– y por el voto del público. Además de las personalidades mencionadas, recibieron distinciones en distintas categorías Damián Szifron, Peteco Carabajal, Reynaldo Sietecase, Guillermo Saccomanno, Visión Siete Internacional, Conectar Igualdad, Madres contra el Paco, Madres del Dolor, Catalinas Sur y el Polo Científico y Tecnológico. Estuvieron presentes la directora del Caras y Caretas, María Seoane; el titular del Grupo Octubre, Víctor Santa María; y el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez. Los premiados son “aquellos que con el desarrollo de su actividad apuestan a la paz, la solidaridad, la equidad, la inclusión social y la diversión de nuestros compatriotas”, definió Seoane. A nivel latinoamericano, fue reconocido René Pérez Joglar, de Calle 13.

Ante una platea conformada por militantes de derechos humanos, artistas, periodistas y legisladores, Feimann sostuvo: “No puedo tener un premio que le dieron a Tinelli. No se puede premiar la anticultura, el antipensamiento. No digo que ese programa no sea ideológico: tiene la tarea de idiotizar al receptor. No tiene nada que ver con la democracia. La opción es dar basura para que no pienses, para que seas un sujeto colonizado, no uno libre”. Hizo reír al público cuando sacó de su billetera el documento que prueba que es personalidad destacada de la cultura, que lo conserva “por si viene la cana”. Y también cuando dijo que “Doña Rosa es un invento de Bernardo Neustadt”, al referirse a la permanencia de su programa de filosofía en Canal Encuentro y a la idea de no ofrecer contenidos “mediocres” a los espectadores.

Aplaudido de pie y último premiado –como personalidad destacada de la Argentina–, Zaffaroni sostuvo: “El derecho no es para las clases hegemónicas. Queremos que sea un elemento de reivindicación de las clases humildes y desfavorecidas”. Fue ovacionado, como lo fue Sabella en el momento en el que dijo: “Me duele en el alma no haber podido traer la copa, pero este premio, a pesar de ser segundo, es una caricia al alma”.

La jornada estuvo atravesada por diferentes hechos que hacen a la democracia y que fueron apareciendo en los discursos: el Arsat-1, el triunfo de Dilma Rousseff en las elecciones en Brasil (la Patria Grande), la recuperación de Ignacio Guido, la ley de medios. También aparecieron las fallas: el caso de Luciano Arruga. Un lindo momento fue cuando subieron al escenario los que hacen la Revista MU, alzando los ejemplares que en la tapa sentencian que “todos somos Melina Romero” y acompañados por militantes del colectivo trans. Hubo aplausos fuertes para dos grupos de mujeres luchadoras, las Madres contra el Paco y por la Vida y las Madres del Dolor.

Al comenzar la ceremonia, habían subido al escenario Carlotto, Santa María, Seoane y Domínguez. Santa María mencionó a Néstor Kirchner y Cristina Fernández y hubo un aplauso para ellos. “Cuando muchos ven que la democracia se construye simplemente en base al odio y al rencor, tenemos una Presidenta que está construyendo en base al amor y al cariño”, opinó. Luego fue el turno de la presidenta de Abuelas: “Encontrar un nieto no es decir ‘misión cumplida’, sino tener más fuerza y casi más juventud para seguir encontrando los centenares de nietos que están perdidos en esta sociedad. Actos como éste nos ayudan a seguir”. Y finalmente, habló Domínguez, quien aseguró: “Estamos iniciando una etapa de la democracia decisoria, el pueblo tiene que participar de la construcción de las grandes decisiones de la Argentina”.