Miércoles, 29 de octubre de 2014 | Hoy
ENTREVISTA AL DIRECTOR Y ACTOR NORBERTO GONZALO
En su sala La Máscara, dirige ¿Vos te creés que es fácil ser Sofía Bozán?, la obra de María Elena Sardi “que habla de una época gloriosa del varieté, género que luego devino en la revista porteña”. Además, integra el elenco de Los hermanos queridos, de Carlos Gorostiza.
Por Cecilia Hopkins
Formado en los ’70 junto a figuras del teatro independiente, el actor y director Norberto Gonzalo lleva catorce años al frente de La Máscara, la sala de Piedras al 700 que con su nombre rinde homenaje a un momento fundante del teatro de Buenos Aires. En ese espacio, además de integrar el elenco de Los hermanos queridos, de Carlos Gorostiza, bajo la dirección de Lizardo Laphitz, Gonzalo acaba de dar a conocer su último trabajo de dirección. Se trata de ¿Vos te creés que es fácil ser Sofía Bozán?, de María Elena Sardi. “Es una obra que habla de una época gloriosa del varieté, género que luego devino en la revista porteña –explica el director a Página/12– y habla sobre arquetipos de la escena, sobre lo que éstos produjeron en el público y en otros artistas.” Los intérpretes son Marcela Fernández Señor, Cristina Ghione y Víctor Anakarato.
La acción transcurre en el Maipo, aunque no en su escenario, espacio de lucimiento de la actriz, cantante y humorista mencionada en el título de la obra, sino en la sastrería del teatro. Los personajes son dos costureras: una lencera fina que conoció a la Bozán, en los tiempos en que también ella trabajaba con la aguja, y una ex estrella del varieté devenida en costurera. El tercer personaje es el sombrerero del teatro, antes transformista del burlesque de la Galería Güemes. Gonzalo los caracteriza: “Son personajes que crean un mundo propio cantando, bailoteando y evocando un icono indiscutible de los años ’40”. Su tragedia es haber querido ser estrellas del escenario y no haber podido satisfacer ese deseo. No obstante, ponen toda su energía al servicio de quienes sí pudieron forjarse una carrera brillante: “Ellos no compiten con las estrellas a las que admiran, como Pepe Arias o la Bozán –considera el director–, sino que pondrán en juego su esfuerzo y compromiso para que la función pueda continuar”.
–¿Cómo definiría el perfil de La Máscara?
–Es una sala que prioriza al autor nacional, aunque tengo pendiente estrenar obras de dramaturgos nuevos. Me cuesta el abordaje de obras pertenecientes a las nuevas generaciones porque, de algún modo, elijo obras que nos hacen volver a las fuentes, a los orígenes de nuestro teatro. Me gusta contribuir a que el público más joven se encuentre con una parte de la historia que no vivió.
–¿Cómo elige a sus actores?
–Recurro a actores que tienen la tipología que necesito y que, por haber trabajo con ellos, conozco su rendimiento. Es importante que compartamos códigos en común.
–¿Cuáles son sus premisas como director?
–Dirigir siempre desde el actor, trabajar desde ellos mismos. Nunca tengo la puesta en la cabeza sino que, teniendo en cuenta la visión del conjunto, estoy integrado en el proceso como uno más dentro de ese esfuerzo colectivo. En cambio, cuando trabajo como actor nunca me surge el pensar desde el rol del director.
–¿Qué particularidades tiene esta obra?
–El ser una comedia con música, que es diferente a ser una comedia musical. Y que el vestuario sea un personaje más, porque hay que solucionar un problema relativo a una prenda que usará la Bozán la noche siguiente. Pepe aporta la solución, Elena y Mary usarán su fuerza de trabajo para que el show pueda continuar.
–La homosexualidad ocupa un lugar importante en la obra...
–La elección sexual en los años ’20 debe haber sido algo muy difícil. Esa es la época, según cuenta Pepe, en la que decidió disfrazarse de pájaro en el Carnaval de Lincoln, acompañado por su pareja de entonces, vestida de gaucho. El tema está desarrollado con una gran inocencia y nobleza.
–¿Hay momentos en los que aparece el grotesco?
–Sí, porque se genera risa por lo ingenuo de la situación, pero también eso mismo provoca pena por el sufrimiento que soporta el personaje. Finalmente, se agranda la figura del que no sale a escena. Cuando el personaje imita a Pepe Arias es cuando dice que todos los que trabajan para el escenario son artistas. Y nosotros, actores del teatro independiente que en algún momento cumplimos con todas las tareas que demanda el teatro, estamos orgullosos de hacer este homenaje.
* ¿Vos te creés que es fácil ser Sofía Bozán? Teatro La Máscara (Piedras 736). Funciones los domingos a las 19.30.
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