“Un éxito resonante”. Así definió la ministra de Cultura de la Nación, Teresa Parodi, a la última edición del Mercado de Industrias Culturales Argentinas (MICA) que se realizó del jueves al domingo último en el Centro Cultural Kirchner, en el antiguo Palacio de Correos. La convocatoria fue tal que la organización del encuentro decidió extender sus muestras durante una semana más. Aunque ya no habrá conferencias ni talleres, y las rondas de negocios concluyeron, el público podrá acercarse a disfrutar de las exposiciones en torno a los seis sectores centrales que compusieron el Mercado: música, diseño, editorial, videojuegos, audiovisual y artes escénicas.

El ministerio de Cultura de la Nación estima que por el sexto piso del C.C. Kirchner pasaron más de 60.000 personas en cuatro jornadas. Es justamente el interés del público general –una de las novedades de esta edición– lo que motiva la extensión del MICA. Tradicionalmente un encuentro de negocios del sector cultural (de gran crecimiento en la última década, ver recuadro), esta edición reunió a 3500 emprendedores nacionales, 460 compradores del país y del exterior y aproximadamente 35.000 rondas de negocios formales e informales en el cuarto piso del antiguo palacio de Correos. Además, el evento transmitió por Internet conferencias, recitales y puestas teatrales, entre otras actividades.

En diálogo con Página/12, la ministra de Cultura Teresa Parodi celebró el éxito “resonante” de esta edición, que los motivó a extender las muestras, y destacó sectores nuevos del Mercado, como el de Accesibilidad. “¡Te puedo asegurar que estos cuatro días fueron un hervidero!”, se entusiasmó. A la hora de reflexionar sobre la gran convocatoria de las últimas jornadas, la funcionaria lo atribuyó a la continuidad de una política de Estado. “El MICA en sí mismo creció enormemente, empezó como un programa de la secretaría y luego por el impulso que le dio el propio (Rodolfo) Hamawi y que lo potenció enormemente, y luego durante mi gestión el equipo de Natalia Calcagno vino a sumar y continuar”, analizó. La aludida, directora nacional de Industrias Culturales, anticipó que pronto saldrá un informe detallado para “rendir cuentas” de lo realizado, pero apuntó a distintas mejoras en la fluidez de los encuentros, las charlas y las rondas de negocios, que hablan de una “madurez en el sector de la cultura”, una profesionalización de la industria.

“Es que durante todo esto tiempo se incentivó muchísimo el trabajo en territorio, en los pre MICA, en los regionales escuchando lo que tenían para agregar”, acompañó la ministra, quien también puntualizó algunas incorporaciones de este año, como el fondo de movilidad para traer a productores y gestores culturales de las provincias a la sede de Buenos Aires. También resaltó la habilitación de formularios online para concertar anticipadamente reuniones de negocios que se “armaron mucho antes de que cada uno llegara a Buenos Aires”, y la llegada de productores regionales que habían recibido becas de capacitación.

“Una cosa muy importante es que se realizó en este espacio cultural, que se abre al público en el mismo sentido de inclusión del proyecto político, que es buscar al otro, al interior”, comentó Parodi sobre la nueva sede del MICA, el Centro Cultural Kirchner. “Era fundamentalmente una idea de dónde podíamos mostrar esta ebullición extraordinaria de la cultura, de gente articulando espacios”, celebró. “El espacio se acomodó a la perfección, era arcilla en nuestras manos, una cosa increíble”, aseguró sobre el CCK. “La gente disfrutó de su belleza y de la amplitud de espacio para quedarse y recorrer”. Además, destacó algunos espacios, como el de luthería, el de diseño (“todo el mundo quería llevarse la bicicleta tucumana, ¿viste?”), el trabajo de las editoriales y los distintos conciertos que cerraron cada jornada, desde el homenaje a Gustavo Cerati en la primera noche hasta la presentación del Chango Spasiuk en la última. Además de la transmisión por streaming, la ministra dejó abierta la posibilidad de que la grabación de estos recitales sea pronto emitida por la TV Pública.

Calcagno reveló que las ganas de extender exposiciones y Feria surgió del propio centro cultural. “A nosotros nos pasó que sentimos que después de ser un espacio con muchas cosas increíbles, esta vez el CCK era un centro cultural funcionando como tal, porque también era la primera vez que una actividad lo tomaba por entero, desde la cúpula al subsuelo”, describió. “Generó mucho interés, mucha vida en las 60.000 personas que pasaron, y al público le encantó, entonces teniéndolo armado, daba pena sacar todo eso”, evaluó.

“Estos espacios sumaron un montón”, señaló Calcagno, quien además destacó que cada uno de esos nuevos núcleos productivos tuvo su razón de ser para participar. “Por ejemplo, el sector infantil surge de que cuando vemos los números de industrias culturales, resulta que son las películas más vistas, los libros más leídos, entonces tenemos la obligación de mostrar que además de Violeta hay una gran oferta para chicos desde Argentina, o lo de la accesibilidad, encontrarte con eso, poder verlo, le abre la cabeza a cualquiera.”

La ministra también agradeció el trabajo conjunto con sus pares de Planificación, Educación, Industria, Trabajo, Ciencia y Tecnología, Turismo y la Cancillería nacional. “Todos los ministerios firmamos un convenio para reafirmarnos en esta política”, señaló y contó sobre la mesa sectorial que conformaron para impulsar las industrias culturales como parte de una política de recuperación de identidad. “Y luego hay que tener en cuenta los lazos con América latina, acentuados después del Micsur, cosa que comprobé en la última reunión de ministros de la Unasur”, expresó, y anticipó que hay gran interés de los países miembros de la organización supranacional para la próxima edición del encuentro de industrias culturales del continente, que se celebrará en Colombia. Además, a estos actores debe sumarse el interés de compradores europeos, “algo que Hamawi había comenzado y que nosotros continuamos”.

“Lo que despertó el MICA en esta edición evidentemente en el público también fue extraordinario”, expresó. “La idea justamente era llamar al público en general, que pudiera participar y ver esta fabulosa construcción colectiva”, afirmó. Parodi destacó la feria “donde estaban representadas todas las industrias, y había productos nacionales que provocan orgullo”. Este espacio funcionó –si sirve la comparación– como una Feria del Libro, pero abierta a productos culturales de todo tipo. “Esto también le dio un crecimiento muy grande al MICA y la posibilidad de una visibilización importante”, reflexionó. El boca en boca, opinó, también fue fundamental para la atraer público.

Parodi también manifestó su sorpresa por el éxito de nuevos espacios que ofreció el Mercado, como el de Accesibilidad, pensado para acercar la cultura y producciones de distinta índole a personas con capacidades motrices, visuales o cognitivas diferentes. Otras dos novedades fuertes de esta edición fueron el espacio dedicado a los videojuegos y el Encuentro Internacional de Ilustradores, que tuvo homenajeados de lujo en las figuras de José Muñoz, Carlos Nine y Luis Scafati. “Fue una de las grandes sorpresas de esta edición, porque fue una inquietud que tuvieron los mismos ilustradores, a quienes nosotros les dimos las herramientas, y ellos mismos resultaron sorprendidos por la convocatoria”, comentó Parodi.

“Era emocionante escuchar las voces de las regiones”, relató Parodi. “Me fui reuniendo con los distintos grupos y me quedo con el recuerdo de lo que me dijo una joven diseñadora del Chaco: “Siento que con esto mi voz está amplificada”, y justamente eso es lo que nosotros queremos hacer con el Mercado de Industrias Culturales, amplificar sus voces”, planteó. “Que verdaderamente podamos mostrar esto a través de la difusión y la inclusión, porque la cultura es un derecho que tiene el pueblo, y sobre todo lograr que las personas sientan que son protagonistas de este tiempo de la Argentina donde la cultura ocupa un plano fundamental, y todo el mundo pueda tener acceso a ella, y también herramientas para desarrollarla y expresarse”.

Parodi destacó la evolución de muchos de esos actores culturales. “Ellos mismos nos decían que quizás en el primer MICA no entendían ni qué era una ronda de negocios, y ahora estaban plenamente insertos”, comentó. “Ahí uno ve cómo una política de Estado, con continuidad, tiene una devolución de los mismos protagonistas, son ellos mismos quienes dicen cuánto crecieron”, consideró. “Esto demuestra que recibimos de los laboristas directos la importancia de esta política de Estado”.

Por otro lado, la ministra se negó a considerar esta edición del MICA un reflejo del conjunto de lo hecho hasta ahora por el Ministerio, ni que oficie de balance de su gestión. “Yo soy sólo un tiempo de este proyecto, el que viene va a continuarlo, no quiero hacer un balance porque esto sigue, y sigue porque la gente se siente dueña de estos espacios donde se puede desarrollar por sí misma en el terreno de la industria cultural, son los mismos protagonistas los que continuarán por este camino”. Para la cantante y funcionaria, la convocatoria del MICA es “el resultado de un trabajo comprometido y bien hecho en el territorio, donde el Estado recuperó su lugar”.

Justamente el resultado de ese trabajo y de la tarea diaria de los productores y gestores culturales de toda la Argentina podrá verse en lo que queda de la exposición del MICA, desde este jueves hasta el próximo domingo, en el CCK. Allí el Sector Audiovisual permitirá al visitante conocer las áreas técnicas de esta industria, desde el guión hasta el montaje, pasando por el diseño de producción, la iluminación, la creación del espacio o el diseño de sonido. Este sector se vincula con el universo de los videojuegos, otro de los atractivos de esta última edición. En el sector de Diseño Argentino se “invita a pensar la forma y la función que toman las materias primas locales plasmadas en objetos, indumentaria y afiches”, mientras que en la sala Sonido Argentino aparecen los instrumentos musicales y accesorios de fabricación nacional a cargo de la Asociación Argentina de Luthiers, y de la Cámara Argentina de Fabricantes de Instrumentos Musicales, que mencionó Parodi en su charla con este diario.

El área dedicada a la industria editorial, en tanto, “expone un mapeo de la edición nacional en los últimos cinco años, que muestra la diversidad y el ímpetu de esta industria”. En el tercer piso del CCK, en tanto, está la sala Accesible, que muestra “cómo crear productos culturales igualitarios y de calidad”. Allí hay en exhibición indumentaria, libros y juguetes para adultos y chicos “con discapacidades o sin ellas”.

Finalmente, seguirá abierta la tienda MICA, un paseo de compras de 2600 metros cuadrados en la Plaza Seca, de la planta baja (justo debajo de La Ballena Azul) con libros, discos, ropa, accesorios, instrumentos, juguetes, artesanías y otros objetos, elaborados por 300 emprendedores de todo el país. “La Feria tuvo que ver con la idea de abrirnos al público y que los productores tuvieran un espacio de comercialización”, explicó la titular de Industrias Culturales. “Para ellos es un esfuerzo económico venirse hasta acá y rara vez tienen un espacio de comercialización así, ante un público masivo, entonces era una gran oportunidad que queríamos aprovechar.” Aunque ya no haya ni charlas ni talleres, Feria y exposiciones siguen siendo una ocasión inmejorable para tener un amplio panorama de la producción cultural (e identitaria) de toda la Argentina. Una auténtica industria nacional.