Cientos de artistas, amigos, seguidores y familiares dieron el último adiós a Fernando Peña, cuyos restos fueron velados en la Legislatura porteña y luego llevados al Cementerio Parque Pereyra Iraola, en La Plata, donde fueron cremados como había pedido el humorista. Hacia el mediodía, antes de que sus restos abandonaran el Palacio Legislativo, un fuerte aplauso coronó el maratón de figuras ilustres que desfilaron frente al ataúd de Peña. Los mensajes de amor poblaron el recinto: “Te voy a extrañar mucho, gracias por haberme permitido estar a tu lado”, dijo María, la mujer que cuidó a Peña durante su enfermedad y a quien el actor consideraba como una madre. Javier De Nevarez, su última pareja, interpretó una canción y se abrazó al féretro para declararle su amor. Por la capilla instalada en el salón Montevideo pasaron Lalo Mir, Elizabeth Vernaci, Enrique Pinti, Gabriel Schultz y Víctor Hugo Morales, entre otras personalidades. “Hay que recordarlo con alegría porque ésa era su forma de vivir”, aseguró Schultz antes de ingresar. Desde que se supo que los restos de Peña serían velados en la Legislatura, la noticia produjo más de un ceño fruncido. Tradicionalmente, los requisitos para ser velado en ese palacio se resumen en dos: debe tratarse de un legislador o de un ciudadano ilustre. Peña no era ni lo uno ni lo otro. Sin embargo, el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, lo justificó con soltura: “Muchos vecinos de la ciudad quisieron homenajearlo así. Peña nos hizo divertir, pensar y reflexionar”, sostuvo. Otra versión indica que habría sido Nancy Pazos quien impulsó la idea. La periodista, que se encuentra casada con el presidente de la Legislatura, Diego Santilli, habría superpuesto su admiración por el artista al protocolo. Pero además, varios de los presentes sintieron que el lugar no era el indicado. Al respecto, Lombardi agregó: “No sé si le hubiera gustado, pero en un punto sí”.