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Miércoles, 19 de agosto de 2009

RAMIRO GIGLIOTTI Y SU LIBRO VENENO DE TANGO

La milonga como teatro de la vida

Los cuentos que el bailarín publicó en la revista El Tangauta fueron compilados en un libro que será presentado hoy en Harrods, con la participación de bailarines y cantantes.

 Por Carlos Bevilacqua

Como en las películas, Ramiro Gigliotti llegó a escribir un libro sin proponérselo. A mediados de 2006 aprovechó algunos trabajos como bailarín de tango en Europa para ir a ver a la Selección argentina en el Mundial de Alemania. Desde allá empezó a mandar por mail algunas crónicas de lo que veía dentro y fuera de los estadios, tanto como para compartir algunas vivencias con sus amigos. Tras varios reenvíos, uno de esos textos llegó a la casilla de Luz Valbuena, editora de la revista El Tangauta. Fascinada con la frescura de los relatos, Luz le ofreció a Ramiro una página mensual para que se explayara sobre el mundillo milonguero con ese mismo tono entre ácido y costumbrista. El aceptó el convite con la condición de poder escribir desde un seudónimo, cuya voz narradora fuese en un número masculina, al siguiente femenina y así sucesivamente. Era un desafío complejo, pero ya desde la primera entrega tuvo una fuerte repercusión, no sólo por la elegancia de las oraciones sino, sobre todo, por la lucidez con que empezó a describir personajes y situaciones recurrentes. Luego de casi tres años de éxitos en el ambiente milonguero por el que circula la revista, esas semblanzas profundas, amenas, irónicas, muchas veces polémicas, fueron compiladas por Valbuena en Veneno de tango, el libro que se presentará hoy a las 18.30 en Harrods (Florida 877) como parte de las actividades del XI Festival de Tango de Buenos Aires.

“El de la milonga es un ámbito relativamente pequeño donde se cruzan bichos de todo tipo, porque hay gente de todas las edades, condiciones sociales, nacionalidades y sexualidades. Como zoológico, es de los mejor servidos”, se ríe Gigliotti al introducirnos en la materia tratada. Esa especie de “aleph”, como también lo define, no contiene seres sólo amuchados circunstancialmente como pueden estar en un recital o en una cancha de fútbol, sino unos que se suelen relacionar entre sí de variadas formas. Por eso, cuesta discernir cuánto hay de ficción y cuánto de verídico en los cuentos de Gigliotti, que van alternando las voces de ellos y ellas con títulos como “Sí, pero no”, “No, pero sí”; “Por qué no te saco” o “La señorita intuición” y “El señor prejuicio”.

Según Gigliotti, el uso del seudónimo no surgió tanto para animarse a más, sino para preservar los atributos de cada entrega. “Me parece que desconocer al autor ayuda a concentrarse en el texto, sin que influya lo que el lector opina sobre ese autor. Por eso, fui muy cuidadoso en mantener el anonimato. Igual, me impuse un límite: no decir cosas que no hubiese dicho firmando.” Así nació el misterioso René, cuyo nombre unisex le permitió hablar desde un hombre un mes y desde una mujer al siguiente. Las repercusiones fueron en general favorables y le llegaban a Ramiro de manera indirecta, pero hubo también cartas de lectores indignados con “ese René” y de lectoras indignadas con “esa René”. “Conservo esos textos como si fueran medallas, porque significaron la confirmación de que la cosa funcionaba.” Ahora que con motivo del libro se desplomó el secreto, Giglio-tti no sabe cómo quedará parado. Para empezar, descubrió que los intrigados por la identidad de René eran varios: hubo muchos desconocidos que se acercaron a felicitarlo personalmente y recibió mails de conocidos que, entre ofendidos y divertidos, le reprocharon la jugarreta con un amable “¡Eras vos, hijo de puta!”.

Las crónicas de René tendrán desde hoy un formato de lujo, ya que el libro albergará 120 páginas de 20 x 20 cm en papel ilustración con una foto de Carlos Furman acompañando cada relato. Veneno de tango tendrá dos ediciones, una en castellano y otra en inglés. En la presentación de hoy, para la que cabe esperar gratas sorpresas, tomarán parte el autor, la bailarina Milena Plebs, el organizador de la milonga Parakultural, Omar Viola, y los cantantes Guillermo Fernández y Karina Beorlegui.

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Gigliotti conoce desde adentro el mundillo milonguero.
Imagen: Sandra Cartasso
 
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