Hay un Mundo Alas que sorprende cada vez que se despliega. Hasta dónde es capaz de llegar, eso todavía está por verse, pero en sólo un par de años el suyo ha demostrado ser un vuelo alto, profundo, inspirador, maravilloso. León Gieco es la cabeza más famosa –por ahora– de este mundo, pero no está solo: lo acompañan músicos, cantantes, compositores, bailarines, locutores, pintores, fotógrafos, comunicadores. Juntos han hecho un espectáculo con el que se presentaron en el Salón Blanco de la Casa Rosada, y también salieron de gira por el país, y también hicieron una película, y un libro, con su versión Braile y parlante, y una serie que se emitió por el canal Encuentro. Hay más: mañana Página/12 presenta el CD inédito de la película Mundo Alas, donde se lucen especialmente cuatro de estos artistas: Carina Spina, Alejandro Davio, Maxi Lemos y Pancho Chévez.

El disco, editado por EMI, es un viaje musical que incluye rock, folklore, tango, country, música bella y compartida. Hay éxitos de Gieco de distintas épocas (el himno “Sólo le pido a Dios”, “Cinco siglos igual”, “Carito”, “El fantasma de Canterville”, “La memoria”, entre otros), pero también algún tema del cancionero popular latinoamericano, como “En la frontera”, de Isabel Parra, y un par de canciones de Chévez y Davio, ambos compositores, además de cantantes e intérpretes de armónica, guitarra y teclados. También suenan Luis Gurevich en los arreglos y la composición (y en guitarra y teclados) y Oski Amante, al frente de la grabación.

Es notable la forma en que la marca indeleble de Gieco suena esta vez transformada, con los aportes de cada uno de los otros cuatro artistas, todos con personalidades fuertes y definidas. La voz de Spina, por ejemplo, tiene una profundidad y un color tan especial que logra una versión totalmente diferente del clásico popular de Parra (la hija de “la Violeta”, que ha compartido con Gieco este tema en un disco de los ‘80). Maxi Lemos, que siempre lleva una sonrisa a modo de presentación, logra contagiar esa alegría que es un rasgo de su personalidad cuando canta, inmediatamente. A Davio se le nota la gema del compositor, del creador de climas a través de la música. Y Chévez es, definitivamente, el alma rocker del grupo. No sólo porque ha tocado con Los Piojos, Bersuit o Las Pelotas, o porque con su banda está por grabar el tercer disco. Lo suyo es, podría decirse, una cuestión de actitud.

Una perlita de Chévez en el disco es “Canción para Beto”, de su autoría: “Veo en sus ojos los míos, siento en sus piernas mis pies, me entiende cuando lo miro, y sé muy bien qué va a hacer”, dice su canción. “El me regala su risa, me da agua si tengo sed. Qué bueno que seas mi hermano, Dios sabe siempre qué hacer”. Beto Zacarías, a quien está dedicada esta canción, es el manager y asistente personal de Pancho Chévez, que nació sin brazos y sin piernas. Viven juntos en el Hogar San Roque de Capitán Bermúdez, en Santa Fe, y la canción adquiere otros sentidos al conocer la historia de estos hermanos de la vida. Como Pancho y Beto, los integrantes de Mundo Alas son artistas con capacidades diferentes. Hay cantantes ciegos, bailarines con síndrome de Down, o en silla de ruedas, pintores sin manos. No los une lo que no pueden hacer, sino todo lo que hacen muy bien. Que es, como queda demostrado en Mundo Alas, mucho, y muy bello.

La más reciente presentación de este colectivo de artistas fue en el “homenaje a los sueños” que le rindió la televisión pública al proyecto, en la semana de celebración por el día del maestro. El especial, que se grabó en el estudio mayor de Canal 7 y se emitió el jueves pasado por ese canal y el viernes por Encuentro (en la señal de cable puede verse la repetición hoy a las 20) reunió a todos los artistas, y entre el público a Estela de Carlotto, al ministro de Educación, Alberto Sileoni; al presidente del Sistema de Medios Públicos, Tristán Bauer; al director del canal Encuentro, Ignacio Hernaiz; a las musicoterapeutas Patricia Knopf y Silvina Mansilla, autoras del libro Cuento con alas (el libro que rescata las historias de vida de los artistas de Mundo Alas, que tuvo su versión parlante a cargo de Silvina Chediek) y a familiares de los chicos de Mundo Alas, entre otros entusiastas espectadores.

En el back, hay un gran tema que domina el encuentro: Maxi, que vive en Córdoba, llegó en avión a esta presentación. ¿Qué hay de particular en eso, además de que fue su primer viaje por aire? Que todos los integrantes de Mundo Alas están esperando el gran momento del viaje en avión, que llegará en los próximos meses, cuando la gira que iniciarán por Tucumán y Catamarca los lleve hacia el sur. Y que tendrá una continuación de lujo si se da la posibilidad de la gira por el exterior, que ya se está barajando, y para la cual los chicos ya gestionaron sus pasaportes. “Maxi viajó antes que todos, nos primereó. ¡Esto lo vamos a arreglar en la gira!”, amenaza León. Todos festejan y asienten: el tema continuará.

Los artistas que integran Mundo Alas no sólo comparten la música que hacen, también un compromiso social que da sentido a su arte. Spina, que ha trabajado en varias radios comunitarias, pide hablar de algo más que del CD que acaba de editar, Pasos en el tiempo. En estos días, que son especiales, dice, quiere llamar a reflexionar sobre la importancia de una nueva Ley de Radiodifusión. A su lado asiente el periodista Carlos Mello, uno de los que testimonió en las audiencias públicas del debate de la nueva Ley de Radiodifusión que se está dando en el Congreso. Mello conduce el programa radial Emociones, los domingos de 22 a 24 por FM La Boca. Desde allí lleva adelante su militancia personal para concientizar sobre el tema de la discapacidad, sobre el que él, que convive con las secuelas de una parálisis cerebral, sabe mucho. En el libro Cuento con alas, Mello sintetiza su verdad: “Comparados con los pájaros, todos estamos discapacitados para volar”.