Cuando la crisis financiera del Hemisferio Norte se expandió desde las aseguradoras y prestamistas hasta las galerías de arte, muchos artistas estadounidenses decidieron ser fieles a su cultura y pedir préstamos a cambio de una hipoteca sobre las obras. Un caso paradigmático es el de la fotógrafa Annie Leibovitz, una de las retratistas de famosos más respetada a escala mundial. El 8 de septiembre, a Leibovitz (autora, entre otras, de aquella foto de John y Yoko desnudos el mismo día del asesinato del beatle) se le venció el plazo de pago y acabó debiendo 24 millones de dólares. Pero ayer acordó con sus acreedores y recuperó la titularidad de su patrimonio artístico, que iba a ser embargado.