¿Cuántas veces habrá visto cómo las cintas, escondidas en los lugares más insólitos, se autodestruían ante sus propios ojos, mientras avanzaba, como una mecha encendida, la enfática música de Lalo Schifrin? El sujeto se llamaba Jim Phelps y le tocaba siempre organizar un equipo de especialistas para llevar a cabo una Misión imposible, que a partir de la temporada 1966 fue el título de una de las series más famosas de la historia de la televisión. Pero se diría que para el actor Peter Graves (1926-2010) su misión verdaderamente imposible fue quitarse de encima la sombra de ese personaje.

El actor, fallecido ayer en su domicilio de Los Angeles, a los 83 años, “de causas naturales”, según informó la policía, había empezado haciendo películas clase B a comienzos de los años ‘50, como El fuerte de la venganza y El milagro de Marte. A poco de andar, sin embargo, consiguió un papel de importancia en Stalag 17 (1953), la película de Billy Wilder sobre un campo de concentración nazi regido por el villano Otto Preminger y en el cual Graves componía a un sinuoso informante. Ese trampolín le permitió incorporarse a otros elencos de renombre, como el que el argentino Hugo Fregonese reunió en Martes trágico (1954), junto a Edward G. Robinson y Jean Parker. 1955 fue su año de suerte, en el que trabajó a las órdenes de grandes directores, aunque en papeles más bien menores: Jacques Tourner lo condujo en el western Wichita, John Ford lo sumó al elenco de Cuna de héroes y Otto Preminger al de Consejo de guerra. Pero sobre todo ese año fue importante para Graves por su breve pero intensa aparición en el comienzo de La noche del cazador, la obra maestra dirigida por Charles Laughton, en su única incursión como director.

Esos fueron, sin embargo, sus mayores logros en cine, hasta que a mediados de los ‘60 la televisión finalmente lo hizo famoso en todo el mundo. Una película de neto corte televisivo, la exitosísima comedia Y... ¿dónde está el piloto? le devolvió en 1980 algo de su popularidad, como el capitán de la aeronave con una evidente debilidad... por las niñas menores de edad.