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Martes, 16 de marzo de 2010

CINE › GRANDES CLáSICOS DEL CINE CHINO, ANTES Y DESPUéS DE LA REVOLUCIóN

Imágenes detrás de la muralla

En la Sala Lugones se verán once films enviados especialmente por el China Film Archive, que dan cuenta de la diversidad del cine producido en Shanghai, desde los melodramas sociales de los años ‘30 hasta el cine de masas posterior a la Revolución.

Los memoriosos recordarán los buenos, viejos tiempos de Zhang Yimou, cuando hizo Sorgo rojo y Esposas y concubinas. Y los fans del Bafici conocen de memoria la obra de Jia Zhang-ke. Pero por afuera de ese par de nombres famosos, se diría que en Argentina se desconoce todo sobre la historia del cine chino. Para reparar esa falta, el Complejo Teatral de Buenos Aires y la Fundación Cinemateca Argentina han organizado un ciclo denominado “Grandes clásicos del cine de Shanghai: antes y después de la Revolución”, que se llevará a cabo desde hoy y hasta el viernes 26 de marzo, en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (Avda. Corrientes 1530). El ciclo está compuesto por once films inéditos en Argentina, en copias nuevas en 35mm enviadas especialmente por el China Film Archive, que dan cuenta de la diversidad del cine producido en la ciudad de Shanghai, desde los melodramas sociales de los años ‘30 hasta el cine de masas posterior a la Revolución.

Por razones geográficas, culturales y económicas la ciudad-puerto de Shanghai se transformó rápidamente en el principal centro de producción cinematográfica de China. Desde fines de la década del 20 y hasta 1937 –año del inicio de la guerra entre China y Japón–, los films producidos en la ciudad por empresarios chinos se cuentan entre los más interesantes del período, particularmente por su inclusión de temáticas sociales en relatos que nunca abandonan las ambiciones populares y masivas. Este “ímpetu de izquierda” –como se lo llamaba en la época– y la presencia de un creciente nacionalismo en una parte importante del cine chino se vio potenciado ante los avances militares japoneses en Manchuria y el bombardeo de Shanghai en 1931, temática referida directamente en uno de los films incluidos en el ciclo: Pequeños juguetes (1933). Tanto ese largometraje como La diosa (1934) están protagonizados por Ruan Ling Yu, tal vez la mayor estrella del cine chino de todas las épocas y un claro ejemplo de que, más allá de los contenidos sociales de estos films, los productores buscaban siempre la identificación y empatía con las estrellas de cine.

Luego del fin de la guerra, con una industria devastada económica y artísticamente –muchos talentos emigraron a otras ciudades del sur de China o a Hong Kong, por entonces colonia británica–, el cine de Shanghai vivió un breve período de renacimiento, ilustrado en este ciclo por dos largometrajes incisivos, aunque de maneras muy diversas: Cuervos y gorriones (1949) y Larga vida a la señora (1947), este último con guión de la reconocida escritora Eileen Chang. Se trata de dos films realizados durante los sangrientos años de la guerra civil, enfrentamiento que terminaría con la victoria de Mao Tse-tung y el inicio de la República Popular China. El cine de Shanghai, como el del resto del país, pasaría a manos estatales, y la producción en el caso de esta ciudad se dividiría en tres subestudios llamados Jiangnan, Tianma y Haiyen. El de los años ‘50 y la primera parte de los ‘60 es una producción eminentemente propagandística que, sin embargo, no abandona los gustos populares por el humor, el amor y las lágrimas, como lo demuestran los dos títulos que cierran el ciclo y el notable mediometraje La peluquera (1962). Luego llegaría la Revolución Cultural y el período más oscuro en la historia del cine chino, con una producción virtualmente inexistente durante casi una década. Pero esa ya es otra historia.

El ciclo se abre hoy con El romance del vendedor de frutas (1922), de Zhang Shi Chuan, el film narrativo chino más antiguo en existencia, sobre la vida en un barrio proletario de Shanghai. Entre los títulos destacados del ciclo también se verá, el sábado 20, Angel de la calle(1937), uno de los grandes clásicos del cine chino, un film que, con gran sentido del humor, refleja la vida de los más pobres en los suburbios de Shanghai. Programación completa, horarios y mayor información en www.teatrosanmartin.com.ar/cine

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Angel de la calle (1937) refleja la vida de los más pobres en los suburbios de Shanghai.
 
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