Martes, 4 de mayo de 2010 | Hoy
NARDA LEPES ADAPTA LAS CéLEBRES RECETAS DE DOñA PETRONA
Después de diez años en elgourmet.com, la cocinera pasó a Utilísima, donde hoy a las 21 arranca con Doña Petrona x Narda.
Por Emanuel Respighi
“Sin buena cocina, no hay familia feliz”, solía decir Doña Petrona C. de Gandulfo, icono y pionera de la cocina televisada durante los años ’50 y ’60. Un lema que, aunque indiscutible hace medio siglo, en la actualidad parecería haber perdido fuerza entre las nuevas generaciones, más propensas a la comida chatarra, el delivery, o la comida sana y liviana, según los opuestos. Bajo la idea de recuperar aquello e incentivar a que el público se le anime a la manteca, el aceite, las salsas cargadas, los quesos duros, el cerdo y las cremas, esta noche (a las 21) comienza en Utilísima Doña Petrona x Narda, la nueva propuesta gastronómica a cargo de Narda Lepes. El programa, que marca el desembarco de la cocinera del momento en una nueva emisora tras estar diez años en elgourmet.com, fusiona las recetas clásicas de la primera ecónoma mediática (¿qué mujer casada y mayor de 50 años no recibió alguna vez el libro de Doña Petrona de regalo?) con los recursos de la cocina moderna.
Algunos medios lo definieron como “el pase del año de la TV por cable”: Lepes deja la gastronomía cool de elgourmet.com para ensuciarse las manos a la vieja usanza en Utilísima, la señal más antigua de la grilla entre las dedicadas a la mujer. Y para acentuar el cambio de perfil, toma las recetas de quien fuera la abanderada de la cocina de abuelas y madres, combinando los aspectos más tradicionales de Doña Petrona para aplicarle su propio estilo, siempre alegre y alejado de cualquier pose palermitana. “Me gusta hacer cosas nuevas todo el tiempo”, explica Lepes en la entrevista con Página/12. “Cuando me ofrecieron hacer Doña Petrona no pude decir que no: si lo hacía otra persona, seguro que lo iba a ver por TV y me hubiese arrepentido toda mi vida de no haber aceptado. Me encantó la idea de recuperar la mesa como lugar de encuentro, pero con mi estilo”, remarca quien ya hizo de su amor por la comida su propia empresa de catering y asesoramiento de eventos (Comer y pasarla bien).
–A mí me gusta cocinar simple y sencillo. Pero lo que necesito para aceptar una propuesta es formar parte de un equipo que me permita hacer las cosas como a mí me gustan, ya sea en Utilísima o en elgourmet. Me gusta poder opinar sobre la escenografía, sobre dónde van las cámaras, sobre qué y cómo cocinar. Tengo que sentir que siempre estoy haciendo el mejor programa y el mejor plato, según mi gusto. O sea que necesito tentarme con aquello que yo misma estoy cocinando.
–No, lejos estoy de ser eso. Siempre fui de empujar la vara para donde quería llevarla, sólo que al principio mucha bola no me daban. También es cierto que venía de trabajar con un equipo de trabajo durante diez años y ahora tuve que amoldarme a uno nuevo. Y en la tele, el conocimiento humano es fundamental.
–En mi casa todo el mundo cocinaba y Doña Petrona era un referente ineludible. Cuando a eso de los siete años empecé a ir a comer a la casa de mis amigos... ¡me quería matar! Hasta ese momento creía que la comida era siempre rica y gustosa. Cuando conocí la salchicha explotada y el puré insulso, comprobé que el mundo se dividía entre los que comíamos bien y los que no. Ahí me di cuenta de que comiendo salchichas y Puré Chef mal hecho me iba a morir pronto.
–Las recetas de Doña Petrona siguen vigentes: la buena comida nunca pasa de moda. Los olores y los gustos de la infancia son inigualables. De todas maneras, las recetas están retocadas con mis ideas, porque no me aguanto. Además, antes no había tantos recursos como ahora. Pero el agridulce, por ejemplo, era el fuerte en la cocina de Doña Petrona. La idea es no remarcar tanto en la prolijidad del plato. Cuando una cocinera o cocinero te explican cómo decorar el plato, se alejan de los televidentes. Cada vez más, los programas de cocina hacen foco en lo estético y descuidan el contenido de lo que se cocina. Hay gente a la que le sale natural, como a Dolli Irigoyen. Ahora, si tenés que toquetear toda la comida para que quede divino, hay algo que falla. Prefiero un plato desprolijo y rico que uno divino y toqueteado.
–El problema es que se hace una mala interpretación de los hábitos alimentarios; hay una psicosis alrededor de la comida como nunca antes. Si uno es saludable, no sólo puede comer de todo sino que debe hacerlo. Pero de todo es de todo: no sólo papa, carne, tomate y harinas en las distintas versiones que se les ocurra. No podés decir que comés variado si la última vez que comiste pescado fue hace tres semanas...
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