“Andrés Di Tella: una retrospectiva introspectiva” se titula la muestra que a partir de hoy y hasta el 19 de agosto –en la sala Batato Barea del Centro Cultural Rojas (Avda. Corrientes 2038)– recorrerá la obra de este cineasta argentino, autor de documentales como Prohibido y Montoneros, una historia, que considera ese género como “un territorio amplio de libertad y experimentación”. Según Di Tella, “el documental siempre fue para mí un terreno de libertad creativa y creo que eso es lo que reflejan las películas que hice en las distintas etapas de mi carrera”. El ciclo presentará cortos, medios y largometrajes realizados por él desde 1989 a la fecha. “Tanto en mi última película como en los documentales iniciales siempre encaré el documental como un territorio libre, sin predeterminaciones. En la medida en que uno sale del documental convencional, hay una libertad casi vertiginosa y eso es lo que me gusta”, afirmó el cineasta. Después de trabajar como periodista cinematográfico en el diario Tiempo Argentino, Di Tella comenzó su carrera como cineasta a fines de los ’80, dirigió en sus dos primeras ediciones el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente y dicta cursos de cine documental en Argentina y en la Universidad de Princeton, Estados Unidos. “Lo que el público va a encontrar en la retrospectiva son distintos experimentos dentro del marco del género documental, con sus libertades y sus límites”, señaló Di Tella, cuyos últimos films exploran el terreno de la autobiografía, la reflexión y el ensayo cinematográfico. El ciclo se integra con Reconstruyen crimen de la modelo (1990) y 33 millones de financistas, ambos codirigidos con Fabián Hofman; Desaparición forzada de personas (1989), Simuladores de carrera (1989), Macedonio Fernández (1995), Montoneros, una historia (1995), Prohibido (1997) y La televisión y yo (2003). También se verá El desencanto (1976), un documental no convencional del español Jaime Chavarri, que habla sobre la familia del poeta franquista Leopoldo Panero y que para Di Tella “fue una revelación sobre lo que es posible hacer con el género”.