“Gerardo Gandini es un poeta de la música, con mucho equilibrio entre la tradición y el experimentalismo”, lanza en tiempo presente Luis Toro, músico y profesor de las universidades de Córdoba y La Rioja. Lo hace no sólo en condición de amigo del maestro sino también de interlocutor en varias obras musicales y, sobre todo, de ideólogo y productor del homenaje al compositor, director y pianista fallecido el 22 de marzo de 2013. “Pensé esta invocación a Gerardo porque tuve un contacto muy cercano con él. Lo veo como un compositor con una gran conciencia de la humanidad del instrumentista, aquello de arte-de-acción que la performance musical tiene. Una musica que si bien está pensada desde un lugar de sistema de alturas (por simplificar la cosa) interpela al instrumentista en sus posibilidades físicas y perceptivas. La interpretación de la música de Gandini es una performance que coquetea entre la determinación y la indeterminación y sutiles contradicciones que proponen interrogantes cargados de sentido”, profundiza Toro, que dicta clases de Música Actual I y II y Creación con Medios Electroacústicos I y II en la Universidad de La Rioja y Composición III en la de Córdoba. Allí mismo, a instancias de la casa de estudios y del Instituto Nacional de la Música (Inamu), se llevará a cabo el homenaje entre hoy y mañana, bajo el nombre Gandini en el desierto, que alude a una cita del maestro sobre la obra Rimbaud en el desierto, de Zoltán Jeney.

“Sin ser un discípulo dilecto de Gandini, ya que mi producción actual no es de escuela visiblemente gandiniana, su figura es paradigmática por su generosidad y predisposición a encontrarse con creadores jóvenes y apreciar sobre todo a aquellos que piensan distinto a él. Lo leo en clave de diversidad e influyó, en sus últimos talleres, a una gran horda de jóvenes compositores”, prosigue Toro, que conoció a Gandini en un taller en el Teatro Colón en 2003. Y que contó, para esta ocasión, con la colaboración de una vieja conocida del homenajeado: la pianista, cantante y pareja de Gandini, Neli Saporiti. “Toro viene realizando estas ‘invocaciones’, no tanto para conmemorar a alguien que ya no está sino con la intención de mantener vivas la música y las enseñanzas que Gerardo transmitía tan generosamente a todos los que se le acercaban, especialmente a los jóvenes músicos”, señala Saporiti, que participa en su rol de coordinadora de proyectos especiales del Inamu. “Este homenaje nace del sentimiento que despierta en muchos la memoria de Gandini. Florecen las anécdotas, el relato de los momentos en que hizo o dijo algo que resultó clave para reafirmar un camino, o descubrir uno nuevo en el arte y la creación. Refleja algo que ya estaba en las palabras de Gerardo al recibir premios... que su legado fuera para los jóvenes que insisten, a pesar de los obstáculos, en transitar el camino desinteresado de hacer música, fundamentalmente por la satisfacción de hacerla, y porque no podrían asumir otro destino”, sostiene Saporiti, sobre el legado del invocado.

El ciclo de conciertos se realizará en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC y tendrá como fin que los diversos músicos interpreten una decena de obras solistas y de cámara de Gandini. El programa comienza esta noche a las 20.30 con el “Adagio del quinteto en Do Mayor”, de Schubert, a cargo Hernán Testa y Carolina Lorenzo en violín, Gustavo Raspo en viola, Eugenia Menta en violoncello y Mauro Gentile en violoncello, como invitado. “Tres pequeñas elegías”, con Mariano Vélez al piano. “Princeton Memories”, con la soprano María Cecilia Leunda, la mezzosoprano Gioia Falco y el piano de Vélez. “Sonata para violoncello”, con Eugenia Menta y la “V Sonata”, bajo el piano de Victoria Azurmendi. Para el viernes, a la misma hora, se prevé una versión de “Lamento di Tristán”, a cargo del Proyecto Red Ensamble. “Oneiron”, con Juliana Rufail en viola y Nicolás Gianfelici en piano. “Laberinto”, con Jorge Reales, guitarra. Cuatro piezas para flauta y guitarra, con Alejandro Pittis (flauta) y Mauricio Hernández (guitarra); “Partir incierto”, obra del tándem GandiniSaporiti registrada en el disco Locas tentaciones (2005), esta vez en versión para ensamble de José Halac y el Proyecto Red Ensamble, y la “IV Sonata”, en el piano de Gabriela Gregorat. “`Partir Incierto`” es una canción que hicimos con Gerardo en 2005, él como compositor y yo como autora. Es una de las pocas canciones populares en las que él intervino. Como podrá imaginar, la melodía es muy hermosa. Fue una sorpresa emocionante que Proyecto Red Ensamble y José Halac como arreglador, todos estudiantes, profesores y compositores de la UNC, hayan elegido este tema para versionarlo y lo hayan incluido en el concierto. No he escuchado nada aún, tengo una gran curiosidad”, se entusiasma Saporiti, que ha participado en la coordinación de varios proyectos especiales del Inamu, como el libro de partituras y canciones de Luis Alberto Spinetta, para repartir en las escuelas. “En este caso, mi rol consiste en colaborar con Toro y las entidades participantes para que todo salga de acuerdo a lo que se planificó. Pero no puedo negar que además es un proyecto que está particularmente cerca de mi corazón. Compartí con Gerardo los últimos años de su vida y conocí a muchos de sus estudiantes y los músicos que tocaron sus obras, y también ciertos aspectos de la intimidad de los procesos de su forma de crear. ¡Yo lo volvía loco con preguntas! Y esa insistencia me permitió ahora tener información que resultó útil para los organizadores”, enfatiza la autora.