Bajo la idea de estimular la producción artística y cultural de los jóvenes de todo el país, la Fundación Octubre entregó una serie de premios a los nuevos creadores argentinos por los trabajos más distinguidos entre unos trescientos que respondieron a la convocatoria. Celebrada en el auditorio de Sadop, la ceremonia contó con la presencia de todos los galardonados, quienes recibirán una contribución económica por las obras pensadas para este evento. La Fundación Octubre fue creada en 1992 como una asociación sin fines de lucro por los miembros de la Comisión Directiva del Sindicato Unico de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (Suterh) y entrega estos galardones desde hace diez años en las categorías “Artes Visuales”, “Interpretación Musical”, “Literatura” y “Comunicación Social e Investigación”, a las que se sumó este año “Periodismo Infantil y Juvenil”. “A través de estos premios se intenta vincular a los chicos con la cultura, darles una oportunidad a los jóvenes artistas: entendemos que la cultura y la educación son pilares fundamentales para el nuevo país que queremos crear todos”, sostuvo el presidente de Fundación Octubre, Santiago Roberto. Página/12, una de las empresas que auspicia estos premios, recibió un diploma en reconocimiento a su colaboración, que le fue entregado al gerente de publicidad de este diario, Miguel González.

El ganador en “Artes Visuales” fue Alberto Passolini, por su obra El piano de inglés, de la ciudad de Buenos Aires. La mayor distinción en “Interpretación Musical” quedó en manos del colectivo Darío Jalfín Grupo, integrado por Darío Jalfín, Diego Goldszein, Martín Fernández, Manuel Caizza y David Cantón, de esta ciudad. En “Investigación”, el primer premio fue para Ana Miranda (ciudad de Buenos Aires) por su trabajo El fin de la utopía educativa. En “Literatura y Comunicación”, el ganador fue el joven Pablo Darío Dema, de la ciudad de Río Cuarto (Córdoba), por su trabajo La montaña. La mayor distinción en la categoría “Jóvenes” del área de “Periodismo Infantil y Juvenil” quedó en manos de Jonatan Báez, por su nota “Abusos policiales” del medio gráfico La Búsqueda, de Santa Fe. Mientras que el primer premio en la categoría “Adolescentes” fue para Daiana Palma por sus notas “Los orígenes de la Villa 31” y “La dignidad no está en venta” de Realidad Escrita, la revista de los chicos de la Villa 31. Finalmente, el máximo galardón en la categoría “Infantil” fue para Belén Castillo y Belén López por su nota “Los guardianes de Mujica”, también de Realidad Escrita.

Este año se entregaron dos premios Octubre a la Trayectoria. Uno de ellos fue para el destacado filósofo Conrado Eggers Lan (fallecido hace diez años), “por su aporte a la cultura y al pensamiento nacional”. El otro quedó en manos del prestigioso escritor y poeta Horacio Ferrer. “Es una distinción como no hay dos”, expresó Ferrer visiblemente emocionado. “Además, por venir de quien viene”, agregó el autor de “Balada para un loco”. “Desde sus orígenes, toda la vida sindical argentina estuvo vinculada a la cultura: los movimientos anarquistas, comunistas, socialistas y peronistas. De manera que para mí es una honra especial por venir de la gente del trabajo, de las conquistas sociales, de los sueños cristalizados en hechos como la salud, la enseñanza.” Ferrer recordó a este diario que pertenece a “la familia de un gran docente, de un gran educador. Yo admiré a mi padre, que era un trabajador de la enseñanza que se quedaba corrigiendo sus escritos hasta las tres de la mañana, con un amor...”.

El coordinador general de la Fundación Octubre y actual secretario general del Suterh, Víctor Santa María, señaló a Página/12 que la idea central de este premio es “estimular a los jóvenes artistas en distintas áreas, no solamente desde el punto de vista del premio y de lo que económicamente significa, sino también la posibilidad de que ellos tengan su obra publicada, editada, o que la muestra de plástica se pueda exhibir”. Santa María, que integra la fundación desde su nacimiento, sostiene que fue pensado así “porque entendíamos que eso era la herramienta de trabajo, como cualquier otro trabajador en cualquier otra actividad”.