El prestigioso Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona organizó la muestra En transición, referida al proceso que tuvo la sociedad española entre la dictadura de Francisco Franco y la democracia. En el CCCB –un espacio donde se suelen hacer importantes exposiciones y representaciones alrededor de conceptos relacionados con los tiempos actuales, con lo urbano, con la política, etcétera– se pensó que una buena manera de completar esta muestra era con la realización de un mural que sintetizara sus temas. El dibujante y humorista de Página/12 Miguel Rep fue elegido para realizarlo, después de una selección en la que se habían presentado proyectos de países tan disímiles como Chile, Irán y Rumania, entre otros. Una madera de cinco metros y medio por dos fue el lugar donde el artista argentino trabajó –no sólo con pincel sino también con su cuerpo– para concluir su brillante trabajo que se inauguró el miércoles en el CCCB y que forma parte de la muestra itinerante que próximamente se podrá apreciar en Madrid, luego en Portugal y probablemente visite la Argentina durante este año.

Uno de los coordinadores de la organización es el periodista argentino Gastón García, quien en diálogo telefónico desde España comenta a Página/12 la postura ideológica de la muestra En transición. “Es la primera vez –dice García– que se plantea la tesis de que la transición española no tuvo que ver con el Pacto de la Moncloa, sino con la gente en la calle que empieza a hacer huelgas y se producen algunas transformaciones sociales, desde un origen relacionado con las bases. La transición tal como la enseñan en los libros de historia no existe, sino que hubo otro tipo de transición que tuvo que ver con la gente en la calle y con Franco muerto en la cama; es decir, no hubo ninguna batalla política que se haya ganado desde los grandes partidos para que se recuperara la democracia en España. Fue, si se quiere, una casualidad. Esa es, a grandes rasgos, la hipótesis de esta exposición”, comenta García, y destaca la originalidad del concepto: “Pasaron treinta años y nunca se había planteado de una manera tan clara esta posición. No se rescata el papel de la monarquía, ni el de los partidos políticos, sino el de la gente común en la calle”. García sostiene que en este marco “interesaba que alguien que proviniera de afuera de España pudiera dar su opinión. La idea era que pudieran dar su punto de vista artistas de otros países que hayan vivido una transición también, que hayan pasado de dictaduras a una democracia, como es el caso de Rep”.

Rep pintó su mural en el CCCB frente al público visitante entre el lunes pasado y el miércoles: en charla con este diario desde España, cuenta que la gente se le acercaba para preguntarle acerca de su opinión sobre la transición, técnicas de dibujo y, entre otros comentarios de variada laya, si tiene publicado algún libro en España. “En este caso, lo que más me importa es que vengan y me den sus opiniones sobre la transición”, señala. “Este es un país muy dividido en cuanto a las opiniones. Hay gente que todavía está atada a cierto franquismo y otra gente –que es la que más viene por estos lugares– que no, que vivió la transición a la democracia y está tratando de vivir en una sociedad más moderna.” No es la primera vez que Miguel Rep realiza murales; pero el hecho de dibujar ante el público, a diferencia de sus trabajos en la gráfica, hace que viva la experiencia de manera muy diferente. “Es bien distinta a la obra gráfica, al trabajador que soy en el diario o en las revistas, donde estoy solo en mi estudio y entrego. Son muy grandes las diferencias de dibujar en un mural, donde vos utilizás el instrumento más raro que tenés, que es el cuerpo. Ya no es el plumín o la lapicera, el lápiz o el pincel: acá utilizás todo tu cuerpo, maniobrando y manchando con las manos, con los pinceles, con las texturas, con los trapos, con los marcadores: usás, comprometés el cuerpo”, ejemplifica el dibujante.

Antes de comenzar la tarea, Rep se dedicó a una tarea de investigación que incluyó una concienzuda lectura sobre la transición, y la visión de varias películas que abordan el tema; mantuvo diálogos sobre esa problemática y, además, indagó en su propia experiencia, es decir, qué era lo que recordaba. “Me situé más que nada ideológicamente en un lugar que es el lugar del ciudadano en ese momento”, relata. “Hay dos maneras de ver el tema de la transición: una es desde el punto de vista institucional por el cual fueron los políticos los que movieron los hilos de la transición; y la otra es la de la gente, la de las movilizaciones, de las movidas, que fue la ciudadanía la que obligó a que hubiera una transición de la dictadura a la democracia”, afirma Rep, quien considera que en la transición hubo inevitablemente ganadores y perdedores. “Los ganadores son los que están en el poder. Los perdedores son mucha gente que quería otro tipo de sociedad, comunas, una cosa más libertaria. Y los sindicatos también han perdido”, resume.

En lo que refiere específicamente a la obra, el mural de Rep es un tríptico con una zona negra, una gris y una blanca. La oscura representa la del franquismo, la gris es la de la transición y la clara es la de la actualidad. “La etapa negra está llena de rostros oscurantistas, amargados, viejos, dibujados en blanco sobre negro”, comenta Rep. La etapa actual, la blanca, está llena de rostros que no están crispados y amargados, pero tampoco conforman una contraparte exacta sino que se los ve expectantes y neutros. ¿Esperanzador? “No, jamás hay sonrisas. Yo no veo así la sociedad capitalista actual, no la veo con esperanza. Yo creo que la esperanza fue la transición”, dice, terminante. Como en la transición la movida ganó las calles, en esa parte del mural Rep dibujó calles, estaciones y gente saliendo. Además realizó cinco postales como, por ejemplo, una sobre las huelgas y otra sobre los medios de comunicación de esa época. “Yo centré todo en lo que me parece fundamental. La etapa negra y blanca viene a enmarcar lo que para mí es lo más importante: la transición”, define el artista, y brinda su mirada: “La transición es la pulsión entre un país y otro, donde había que derribar todos los vestigios de la dictadura, gente joven que quería otro tipo de dirigencia. Y la actualidad es una convivencia entre lo que quedó de la dictadura y mucho de lo que se esperaba en la transición democrática, pero no es que la transición fue una revolución. Fue exactamente eso: un tránsito entre la dictadura y la democracia”. Rep agregó en su mural dos símbolos. “La corona está en los tres momentos. También hay un perrito. En el primer cuadro negro del franquismo está atado a una cadena, totalmente sojuzgado, esclavizado por una cadena. En el segundo cuadro se ha liberado de la cadena y está corriendo libremente hacia el tercer cuadro, es decir, el blanco, donde está escarbando huesos y calaveras.”

Rep se pregunta: “¿En qué punto me conmueve el tema de la transición?, ¿o me llega de un modo especial?” Y obtiene la respuesta enseguida: “En que yo también he vivido una dictadura. En ese punto creo que tengo libertad para opinar. En eso nos parecemos. Una de las preguntas más grandes que me provocó abordar este tema es: ¿hubo transición en la Argentina? Ese tipo de cosas hace que uno deje el mural que deja”, reflexiona.