espectaculos

Viernes, 8 de febrero de 2008

CINE › LO NUEVO DE PABLO REYERO

“Hay mérito en no remarcar las cosas”

El documental Angeles caídos, que se exhibe en el Cosmos y en el Malba, retrata a jóvenes que transforman su vida a través de la música.

 Por Oscar Ranzani

Hace diez años, Pablo Reyero sorprendía a los espectadores con el documental Dársena Sur, compuesto por tres historias de personas expulsadas del sistema que permitían trazar un panorama del crecimiento de la marginalidad y la exclusión, sin necesidad de dar cifras sino contando la vida de esta gente. Eran épocas en que el modelo neoliberal hacía estragos y dejaba al país con índices de pobreza y de indigencia alarmantes. El mérito de Reyero fue que se acercaba de una manera tan profunda a estas personas que prácticamente parecía que se borraba el ojo de la cámara, como si toda su vida hubiera estado con ellas. Más cercano en el tiempo, debutó hace cuatro años con la ficción La cruz del sur, una película que no pasó inadvertida, a través de la cual mostró su potencialidad creativa en el género. La novedad es que ahora retorna al documental con Angeles caídos (los jueves en el Cosmos y fines de semana en el Malba), compuesta también por tres historias de jóvenes en situación de vulnerabilidad social para los que la música es un estímulo. Esto permite corroborar que si el acento de Dársena Sur estaba puesto en el dolor y en la injusticia, Angeles caídos propone una mirada esperanzadora de supervivencia social y de afirmación de la identidad personal a través de experiencias artísticas creativas.

Reyero comenta que tenía ganas de hacer algo en barrios carenciados donde la música “fuera como un vehículo de transformación, personal y de entorno”. Por su propia experiencia de vida en una familia humilde, la música fue para este realizador “el gran salvavidas y el gran motor entre los 10 y los 23 años. Entonces fue como cruzar algo natural, ir a buscar eso en tres jóvenes de acá”. Así se origina Angeles caídos. “Después, el tema de que no haya un padre presente en ninguna de las tres historias, quizá tiene que ver con mi viejo, que venía atravesando una larga enfermedad. Es decir, hay cosas de mi vida que se relacionan con el proceso creativo de Angeles caídos. No es una: son un montón de cosas que se cruzan”, asegura.

Los protagonistas de Angeles caídos son Eli Suárez, que vive en el Bajo Flores y es reconocido en el mundo del rock por ser el líder del grupo Los Gardelitos; María Aguayo, pequeña vecina de la Villa 20 de Lugano que toca el chelo en la Orquesta Infantil del barrio, y el último de la tríada es Ezequiel Rojas, adolescente de 17 años de Ingeniero Budge, que acaricia el violín y que integra la Orquesta Juvenil de Lugano.

–¿Qué pretendió mostrar mediante la elección de los protagonistas?

–En realidad, el documental se centra en la construcción de identidades, subjetividades en un medio hostil, cómo se lucha por sobrevivir, por salir adelante. La gran función que tiene el arte es que sublima y ayuda a convertir cargas negativas en energías positivas. Quería dar cuenta del poder transformador del arte en la propia persona, y quizá movilizador hacia los demás en un entorno de barrios carenciados y humildes, con menores o adolescentes que estuvieran luchando por salir adelante y encontrar una voz, una mirada. A pesar de su corta edad y de sus condiciones complicadas de existencia, a través de una experiencia artística y de una autodisciplina pueden crecer en lo personal, en lo social, y construir un lugar de pertenencia más allá de su identidad. Y en medio de una sociedad que los niega, los expulsa, los mete presos o los institucionaliza porque son pobres.

–Una de las características de la película es que muestra a los protagonistas en su cotidianidad. ¿Cómo es el trabajo previo para lograr este resultado fílmico de gran naturalidad, como si la cámara no estuviera?

–Tiene que ver con la onda que uno tiene y establece con la otra persona. La clave es la confianza que se establece a partir de la relación personal, del vínculo que se construye. En este caso, entre el director o investigador y los protagonistas del documental. Ahí se juega.

–Pero, ¿cómo es su trabajo previo?

–Justamente consiste en acompañarlos, conocerlos, escucharlos, observar, preguntar, contar de mi propia vida, mis propias experiencias, intercambiar experiencias y emociones, historias, acompañar momentos y tratar de comprender.

–¿El cine argentino colaboró con la estigmatización de la pobreza?

–Lo que ocurre es un desconocimiento y, si se quiere, cierta brutalidad, en el sentido de falta de sensibilidad. La vida cotidiana nos brutaliza un poco. Si todo se construye desde el poder que da el dinero como lo plantea este sistema, eso va limando, tiene su costo.

–¿Lo que propone es un acercamiento de subjetividades?

–Sí, sigo siendo un convencido de que se construye también en las personas la posibilidad de cambio. Y lo primero es entrever la posibilidad de cambio.

–¿Qué similitudes y diferencias encuentra entre Angeles caídos y Dársena Sur?

–Creo que Dársena Sur es más densa. Son dos momentos distintos en el país y en mí. Entonces, en este momento de mi vida quería hacer algo así, más liviano en el buen sentido, más luminoso, quizá más sencillo. Eso es Angeles caídos. Dársena Sur, no. Fue algo mucho más de profundidad y, a la vez, de más largo aliento, y donde la cosa era más densa. Había cierta cosa de mostrar una realidad social muy complicada y en un lugar complicado.

–¿Qué cambió a la hora de hablar de pobreza, marginalidad y exclusión de Dársena Sur a Angeles caídos?

–Nada. Lamentablemente nada. Sigue siendo una deuda pendiente no sólo de los políticos sino de la sociedad argentina.

–Sin hablar de la coyuntura, sus películas critican el modelo neoliberal a través de experiencias de supervivencia social...

–La crítica social está implícita. No hace falta remarcarla. Me preocupé de plantear los conflictos, de dar cuenta de las situaciones y de mostrarlas. No de ir más allá porque creo que eso se tiene que completar en la cabeza del espectador. Entonces, hay también mérito del documental: no remarcar cosas.

Compartir: 

Twitter

Pablo Reyero se ocupa en sus películas de situaciones de vulnerabilidad social.
Imagen: Pablo Piovano
 
CULTURA Y ESPECTáCULOS
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.