La lectora atribulada avanza a paso lento por el pabellón azul del predio de La Rural. Nada mejor que caminar, revolver, hurgar y curiosear en la 42 Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Saber perderse, decía Walter Benjamin, es casi más importante que orientarse. Como hace mucho frío, conviene mantener a raya el afán por extraviarse. Un cartel optimista titila en el horizonte: “Abajo los precios, arriba los lectores”. Se puede saber si a alguien le gustan de verdad los libros por cómo los mira, por cómo los abre y los cierra. Al margen del fetichismo, de pronto emerge de la clandestinidad de la mirada las ofertas de libros, un mundo que el imaginario suele confinar a las librerías de saldo o de viejo de la calle Corrientes y avenida de Mayo. “¡Rematamos todo!”, se exclama en otra pizarra.

¿Cuántas ferias hay dentro de la Feria? Los itinerarios por las ofertas y promociones requieren paciencia y tiempo. Página/12 recorre algunos stands buscando libros que cuesten hasta 100 pesos, límite establecido con manifiesta arbitrariedad. “La oferta viene a cubrir la menor disponibilidad de acceder al libro de línea. Nosotros estamos trabajando bastante con la mesa de libros a 50, 60 y 80 pesos”, cuenta Fernando Petz de la librería rosarina Mandrake, ubicada en el stand 1408 del pabellón amarillo. “La gente anda más cauta. No es como el año pasado que veías una masa de gente comprando libros. Yo noto una retracción en el consumo; aunque es difícil determinar cuánto, porque como los libros aumentaron, te encontrás con que el monto de facturación es alto, pero eso no quiere decir que vendiste más unidades.”

En Mandrake se puede conseguir literatura contemporánea de oferta, no solo clásicos. En una de las mesas de 50 pesos hay ejemplares de Nocilla lab del español Agustín Fernández Mallo y Las películas de mi vida del chileno Alberto Fuguet. En otra estantería, también a 50 pesos, está La bolsa o la vida. Las finanzas contra los pueblos de Eric Toussaint. Otras dos ofertas: Salinger, la biografía de David Shields y Shane Salerno, y una antología con los mejores relatos de Manuel Vicente, 100 pesos cada uno.

Imperdible es la mesa de promociones del stand colectivo Los siete logos, que reúne los sellos Adriana Hidalgo, Eterna Cadencia, Mardulce, Entropía, Caja Negra, Beatriz Viterbo y Katz. Las antologías de cuentos Galaxia Flaubert, Galaxia Borges y Galaxia Kafka, las tres editadas por Adriana Hidalgo, están a 80 pesos cada una. Hacia un nuevo manifiesto, de Theodor Adorno y Max Horkheimer, publicado por Eterna Cadencia, está a 100 pesos. La colección Dixit de la editorial Katz despliega en pequeño formato conferencias magistrales de Zygmunt Bauman y Tzvetan Todorov, entre otros grandes pensadores de las ciencias sociales, a 96 pesos cada librito. Hay más ofertas: Adiós, Mona Lisa. La verdadera historia del retrato más famoso del mundo, de Roberto Zapperi, editado por Katz, a 63.50; dos novelas latinoamericanas publicadas por Entropía: El animal sobre la piedra, de la mexicana Daniela Tarazona, a 80 pesos; y Otra vez me alejo del puertorriqueño Luis Othoniel Rosa, a 65 pesos. Caja negra tienta con Por dentro todo está permitido. Reseñas, retratos y ensayos, de Jorge Barón Biza, a 97.50; y Marieband eléctrico, de Enrique Vila-Matas, a 92.50. La línea de ensayos de Mardulce tiene varios libros de oferta, entre los que se destaca Los límites del capitalismo del politólogo Elmar Altvater, a 85 pesos.

La lectora ya no está tan atribulada. De pronto cunde el entusiasmo y tiene la impresión de que hay muchas más ofertas de las que esperaba. Hablar de “joyitas” remite a libros de autores raros, anómalos, especiales –las clasificaciones son una gran trampa–, o también textos importados y muy caros. Adán Buenos Aires Libros, el stand 1801 del pabellón amarillo, tiene una mesa de saldos: un libro a 30 pesos, 4 por 100 pesos. El radar se detiene sobre una sorpresa: la novela Edén. Vida imaginada (FCE) del filósofo y escritor mexicano Alejandro Rossi. El libro de bolsillo, las ediciones económicas, operan como pequeños refugios. En HD Libros, el stand 1606 del pabellón amarillo, se puede encontrar las ediciones de bolsillo de Casi un objeto de José Saramago y La noche de los tiempos de Antonio Muñoz Molina a 80 pesos cada ejemplar. En el mismo stand hay para aprovechar libros de dos narradoras en lengua inglesa: Todo lo que sé sobre la novela negra (Ediciones B) de P.D. James, a 60 pesos; y los relatos de Pálido caballo, pálido jinete de Katherine Anne Porter, a 40 pesos.

El paraíso de lo barato tiene un rincón especial en el colectivo de editoriales Todo libro es político (stand 1916 del pabellón amarillo). Juntos y a la vez revueltos conviven Los destructores de máquinas y otros escritos de Christian Ferrer, editado por la Biblioteca Nacional, a 80 pesos; Historia oral de la cerveza de Francisco Bitar, publicado por Editorial Municipal de Rosario, a 90 pesos; La escritura en el cuerpo. De las mujeres asesinadas en ciudad Juárez de Rita Segato, editado por Tinta Limón, a 90 pesos; La imitación de los modernos del filósofo francés Philippe Lacoue-Labarthe, publicado por La Cebra, a 100 pesos; y ¿Un sujeto? del filósofo francés Jean-Luc Nancy, editado por La Cebra, a 100 pesos. Se recomienda hacer un alto en Eudeba, el stand 922 del pabellón verde, para aprovechar la mesa de promociones con descuento de hasta 30 por ciento. Entre otros títulos, se destacan Diálogos en los patios rojos de Roberto Raschella, a 89. 60 con el descuento sobre el valor de 128 pesos; y El oído absoluto de Marcelo Cohen, a 100 pesos. ¿Quién se animaría a buscar ofertas en el stand Waldhuter, el lugar de los libros importados? Vaya al stand 520 del pabellón azul y descubrirá –después de pulsear contra sus propios prejuicios– que hay títulos de poesía de una nueva editorial, Deacá, a 100 pesos: Nostalgia es una palabra de Nancy Toselli, Materialismo dialéctico de Patricio Torne, Lo que queda de Vanesa Cuello y Los dioses del hogar de Alejandro Méndez Casariego.

José Rosa, de Librerías de las Luces, stand 308 del pabellón azul, hace 25 años que está en la Feria. “El libro aumentó mucho en estos meses. Una novela hoy vale entre 350 y 400 pesos, sobre todo de las grandes editoriales que concentran el mercado. Un libro nuevo hoy vale 400 pesos, pero al año cuesta la décima parte. Hay tanta producción que muchos libros se saldan rápidamente porque no hay capacidad ni en las editoriales ni en las librerías. En las librerías se nota que la venta bajó entre un 15 y un 20 por ciento en cantidad de ejemplares con respecto al año pasado. En este contexto, es un milagro que la gente pague entradas para ver libros”, subraya Rosa. En Librerías de las Luces hay una mesa de libros por 80 pesos cada uno: La paga de los soldados de William Faulkner (RBA), Lo que todavía no sabes del pez hielo del colombiano Efraim Medina Reyes (Seix Barral) y Conejo en el recuerdo y otras historias de John Updike (Tusquets). Eloísa Cartonera tiene stand propio –2109– en el pabellón amarillo, donde está “Nuevo Barrio”. La promoción es dos libros cartoneros por 50 pesos, con títulos de Ricardo Piglia, César Aira, Néstor Perlongher, Mario Bellatin, Washington Cucurto, Fabián Casas y Diana Bellessi, entre tantos otros. También se puede conseguir Boedo, la poesía reunida de Casas, a 100 pesos. En unos minutos, el predio cerrará sus puertas. La lectora atribulada sabe que falta mucho por transitar, que si continúa horas y horas, en una suerte de deriva imposible, podría bosquejar una especie de gran mapa de ofertas y rarezas, un inventario inconcluso de la obstinada pasión por los libros.