El viernes pasado AXN estrenó American Crime (irá los viernes a las 22), serie que mete el dedo en la llaga en la temática del racismo –latente y explosivo– en los Estados Unidos. Creada por John Ridley (el guionista ganador del Oscar por 12 años de esclavitud), es un drama coral que analiza el tendal provocado por la muerte de un “buen ciudadano americano”. El caso destapa intolerancia, prejuicios, malentendidos y violencia entre distintos habitantes de una localidad californiana. Basta un ejemplo, cuando la madre del asesinado se entera de que el sospechoso tiene rasgos hispanos, su primera reacción será la de preguntar si se trata de “un inmigrante ilegal”.

La producción de once episodios recuerda por estructura y tópico a Crash (Paul Haggis, 2004). La consabida multiculturalidad encuentra a chicanos, afroamericanos y blancos destapando todo lo que estaba bajo la alfombra. Felicity Huffman y Timothy Hutton son los actores más reconocibles de una serie incómoda, en el mejor de los sentidos. Nominada a diez premios Emmys, American Crime posee todos los componentes (contexto, méritos y buena conciencia) para alzarse el próximo 20 de septiembre con varias de las estatuillas. Ya tiene una segunda temporada confirmada con el mismo elenco pero otra historia.