Lunes, 8 de febrero de 2016 | Hoy
SERIES › THE SPOILS BEFORE DYING VA LOS LUNES, A LAS 22, POR I.SAT
En la serie, un músico de jazz es culpado por un asesinato que no sabe si cometió y tiene tres días para resolverlo. Y entre guiños a la cultura popular y parodias, brilla un elenco repleto de lo más encumbrado de la nueva comedia americana, comandado por Will Ferrell.
Por Federico Lisica
Quienes sigan The Spoils Before Dying (va los lunes a las 22 por I.Sat, repite los jueves a las 23) se sorprenderán al ver una panorámica de Buenos Aires referida como parte de México. Que la imagen del Obelisco y los afiches luminosos (el de la cerveza Quilmes despeja cualquier duda) sean acreditados como parte de la geografía del DF, en este caso, no se debería a esos usuales deslices de las producciones audiovisuales estadounidenses. Todo lo contrario. Parece bastante premeditado en esta miniserie de seis episodios que convierte en su marca de autor el error a conciencia, las sobras, géneros bastardos como el pulp, la publicidad subliminal y las escenografías de juguete. De hecho, la traducción del título de la comedia podría ser “Los Despojos Antes de Morir” pero también “Los Trofeos Antes de Morir”. El pastiche es la insignia que utilizan sus creadores, Andrew Steele y Matt Piedmont (Casa de mi Padre), pero a un nivel estético ingenioso y de alta factura técnica. La primera temporada abusó de la novela romántica, ésta hace lo propio con el thriller, y si hubiera una tercera (por lo que se induce en un pequeño chiste en su episodio final), será sobre otro terreno propio para la exploitation como las películas de motoqueros.
La trama es básica pero abusiva de todos los clisés del noir. Un músico de jazz es acusado por un doble crimen que no (sabe si) cometió. Una de las víctimas es un científico de fama internacional, la otra es su ex amante, la cantante Fresno Foxglove (Maya Rudolph), con una estampa que recuerda al famoso caso “La Dalila Negra”. La policía le da a Rock Banyon (Michael Kenneth Williams, el de The Wire) tres días para que limpie su nombre. Epítome del artista con espíritu indomable y que concibe su música como filosofía de vida (“soy lo más peligroso que hay en el mundo: un jazzero sin coartada”). Cual detective indagará entre dealers, bajofondos, clubes de beatniks, el circuito gay y nazis. “Tenía tres cosas en mi mente, el asesinato de dos personas, la seguridad de que no iba a hacer un disco con arreglos de cuerdas y un duda: ¿era posible que yo hubiera cometido el asesinato?”, se preguntará Banyon. La respuesta, obtenida a base de drogas y alcohol, da lugar a una conspiración que llega hasta lo más alto de las esferas gubernamentales. En su cruzada aparecen personajes coloridos interpretados por Kristen Wiig (Damas en guerra), Tim Meadows (SNL), Haley Joel Osment (sí, el de Sexto sentido) y Michael Sheen (Masters Of Sex).
El argumento es un simple artilugio dentro un producto que lleva la firma de Funny or Die, la central de humor digital que tiene a Will Ferrell como cara reconocible. Y por eso en The Spoils... el comediante tiene un papel preponderante como Eric Jonrosh. Se trata del autor de las novelas (“censuradas en muchos países y quemadas en muchos más”) luego trasladadas a la gran pantalla por él mismo. Ferrell, por otro lado, se guarda para el final una notable, amanerada y gritona interpretación de J. Edgard Hoover. Pero quien más se destaca es Jonrosh, quien oficia de presentador de los episodios cual Orson Wells pasado de vino y ego. “Esta es la historia que hubiesen escrito Henry Miller y Tenesse Williams de haber tenido las agallas que yo tuve”, dirá Jonrosh al aire sobre una obra que en Francia fue catalogada dentro del movimiento de “post post post post neo ficción”. Incluso, Ferrell/Jonrosh hizo entrevistas contando el trasfondo de su mayor trabajo. “Deben recordar que, los estertores de los 50, Estados Unidos y sus ciudadanos eran incluso más idiotas de lo que son ahora. Tras la Guerra, se le tenía miedo a todo a un nivel insano. Comunistas, homosexuales, adictos y músicos de jazz estaban en el primer rango. El miedo lleva a la represión y la represión es enemiga del arte. La versión fílmica de mi novela fue prohibida antes de ser estrenada y tuve que defenderla en el Congreso. Lo que derivó en mi exilio”, expresó.
Esa apuesta por jugar desde la ficción con los pliegues de la historia es uno de los mayores logros de The Spoils..., quizá demasiado osada para ser una caricatura y muy tonta para ser tomada realmente en serio. Steele y Piedmont quisieron dejar en claro que no es sólo humor. “Es una mezcla, pero tratamos de evadir las etiquetas como un músico de rock. Nuestro tipo de comedia no va directamente por la carcajada; a veces sí hay cosas que son muy ridículas y después nos recuperamos de eso. Lo que se notan mucho son las influencias. Doy por seguro que no es sólo parodia”, dijeron sus creadores. Ese tipo de riesgos los llevó a que en la película Casa de mi Padre jugaran con el culebrón e hicieran de Ferrell un nativo mexicano que maldecía a los gringos en castellano. Los links, homenajes y referencias visuales en The Spoils... van desde Tex Avery (con una genial animación sobre la filosofía del jazz), la nouvelle vague, el expresionismo abstracto, Alfred Hitchcock y rangos de pantalla retro como el Cinemascope. Hay una utilización casi perversa de los mismos lo que torna al aspecto técnico un actor fundamental. Un ejemplo: bajo el argumento de que las copias de la película fueron destruidas, se utiliza el story board y el sonido de audio para dar cuenta de una escena porno.
Entonces, ¿de qué trata The Spoils...? Así lo resume su propio autor en la apertura de un episodio: “Jazz, aventuras, policías, gente muerte, píldoras y alcohol, vueltas de tuerca que emergen como paja mordida por el destino, gente negra confundida, callejuelas que son aberturas en el espacio y tiempo, tal como sucede en la realidad y terminan sobre mesas de vidrio marroquí. Perdón, ¿de qué estoy hablando? En serio...”.
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