El Carnaval no puede durar toda la vida y, en 2002, unos Fabulosos Cadillacs hastiados le ponían punto final a una trayectoria tan única como inusual: de rude boys vernáculos habían pasado a rockeros latinos y de allí a coquetear con estructuras más complejas. ¿Punto final? Nunca fue para tanto, porque los integrantes de la banda siguieron cruzándose en privado; sin las presiones del trabajo conjunto y los egos desbocados, lo que quedó fue la amistad. Así empezaron las “reuniones informales” de los Cadillacs: primero, para grabar “La parte de adelante”, en un tributo a Andrés Calamaro, después en la radio alternativa en la que Sr. Flavio tiene un programa. Hasta que llegó el anuncio de la vuelta en serio, con un Satánico Pop Tour que arrancó el 5 y el 6 de noviembre en el Foro Sol mexicano y que ya tuvo una parada argentina el sábado pasado, en Córdoba. Ahora es tiempo de que Vicentico, Flavio Cianciarulo, Sergio Rotman, Mario Siperman, Fernando Ricciardi y Daniel Lozano enfrenten los shows más multitudinarios de su historia en Buenos Aires. Hoy y mañana (en ambos casos a las 21), Los Fabulosos Cadillacs tocarán en River y, si hay vasos vacíos, será de tanto brindar por el regreso.

El año pasado el gran retorno fue el de Soda Stereo, con cifras más espectaculares, pero también con la sospecha instalada de que sólo volvían por el sucio lucro, como alguna vez admitieron los Sex Pistols. Los Cadillacs prefirieron tirar señales de que había más que eso en su reunión. El anuncio de la gira se hizo con un minishow “sorpresa” gratuito en el Planetario y –una diferencia nada menor– enseguida los músicos se encerraron en un estudio a grabar dos discos que, a la manera de Vasos vacíos, contienen nuevas versiones de clásicos, temas nuevos y covers. El primero, La luz del ritmo, salió a fines de octubre y mostró a la banda en buena forma, más allá de que a alguno le guste menos que la original la versión funky de “Mal bicho” o que “Should I stay or should I go” (de The Clash) no tenga tanto impacto como algún otro cover que LFC hicieron en el pasado. El segundo se llamará El ritmo de la luz y saldrá en los primeros meses de 2009. También se puede especular que allí estará la versión de “Vasos vacíos” en la que canta Mimi Maura (esposa de Rotman), que había sido anunciada para el primero.

“No podemos decir que volvemos sólo por el público, porque hay muchas más razones egoístas”, le dijo Cianciarulo a Página/12 en julio. “Volvemos por el público, por nuestras ganas, por la guita, por la música, porque somos amigos y por el placer de ser los Cadillacs... entre muchas otras cosas.” En esa ocasión, el bajista y Rotman se mostraban sorprendidos por haber recuperado enseguida la dinámica que tenían como banda. “Parece que nunca hubiéramos parado”, decía el primero, y su compañero apoyaba: “Fue como si se hubiera abierto una puerta que se cerró un instante atrás”. Cianciarulo decía que, por los encuentros en privado, sabía que la armonía iba a existir. E iba más lejos: “Los Cadillacs son únicos. Y no quiero que se malinterprete que estoy presumiendo, significa que son diferentes a todo. Gaby (Vicentico) o yo podemos hacer versiones con nuestros proyectos solistas, pero cuando ensayás con los Cadillacs es otra cosa. Es un sonido de diecisiete años en los que aprendimos, nos vinculamos, construimos una química. Eso me subyuga, lo mismo que la armonía en la que nos divertimos”. ¿Qué vendrá después? Ya habrá tiempo para dilucidarlo. El Satánico Pop Tour, le dijo el bajista a Página/12, “es un período que se termina”. Y agregó: “Pero al haber temas nuevos se avizora algo”.

Las crónicas de los shows que la banda hizo desde el retorno insisten en el término “celebración”. Y es lógico, porque tanto los músicos como el público tienen motivos para alegrarse de este reencuentro, encima productivo en cuanto a temas nuevos y reafirmación de la identidad de la banda. La lista de canciones que presentarán en River no esquivará los clásicos repasados hasta ahora: “El león”, “Mal bicho”, “Matador”, “Gitana”, “Carnaval toda la vida”, “Vasos vacíos”, “Demasiada presión”, “Siguiendo la luna”, “Los condenaditos” (que eligen para el tributo al fallecidopercusionista Toto Rotblat), “Calaveras y diablitos”, “Basta de llamarme así”, “Mi novia se cayó en un pozo ciego”, “El genio del dub” y la nueva versión de “Padre nuestro” (con Pablo Lescano, de Damas Gratis) seguramente sonarán bien fuerte. Por eso, si el Carnaval no puede durar toda la vida, al menos habrá dos noches junto a Los Fabulosos Cadillacs, como para que a más de un fanático le vibre el corazón.