“Es improbable que Gustavo Cerati retome su vida normal”, declaró ayer Ramón Leiguarda, presidente de Fleni, quien fue contactado por el representante y la hermana del músico para pedirle que viaje a Caracas a fin de seguir la evolución del ex Soda Stereo. Cerati se encuentra internado desde las primeras horas del domingo en el Centro Médico Docente La Trinidad de la capital venezolana, donde ayer por la tarde debió ser sometido a una craneotomía por una complicación de un infarto y donde seguía “en estado crítico” al cierre de esta edición. Leiguarda, en comunicación telefónica con C5N, explicó que cuando los médicos venezolanos evaluaban la posibilidad de la operación, Cerati dio muestras de sufrir bradicardia (descenso en la frecuencia cardíaca) e hipertensión, además de midriasis (aumento del tamaño de la pupila) en su ojo derecho, por lo cual debió apurarse la intervención: un agujero en el cráneo para aliviar la presión cerebral. La operación a cargo del neurocirujano Herman Scholtz duró dos horas y luego el músico fue trasladado a terapia intensiva, donde se encontraba en coma inducido y conectado a un respirador. Mientras tanto, ayer los fans caraqueños del ex Soda Stereo se autoconvocaban para una vigilia en la plaza Alfredo Sadel.

Leiguarda, quien planea viajar a Caracas el viernes o el sábado, dijo que la oclusión carotídea que tenía Cerati se había agravado por “el progreso de la trombosis que coartó las posibilidades de circulación lateral”, pese a que por la mañana los médicos venezolanos no hablaban de riesgo de vida y que las próximas 72 horas serán cruciales para ver si el cantante supera el estado crítico. “En este momento está en coma inducido y ventilado, así que no tiene mucho sentido que apure mi viaje”, aseguró el médico, quien también manifestó que lo ideal sería trasladarlo a Buenos Aires en cuanto sea posible. “Si supera este estado crítico, habrá que evaluarlo neurológica y clínicamente para ver cuáles han sido los daños que sufrió. Sería imprudente decir en este momento cuánto va a recuperar, hay que esperar a que esté despierto para hacer la evaluación. Y la rehabilitación dependerá del déficit. Sin dudas, habrá que hacer rehabilitación del lenguaje, quizás alguna otra de tipo neurológico y seguramente física, por su debilidad en el lado derecho. Va a ser un programa prolongado y es improbable que pueda retomar su vida normal.”

Hasta ayer, la única habitación del tercer piso del Centro Médico Docente La Trinidad que no tenía el nombre del paciente escrito en la puerta era la 2318, pero casi que ni hacía falta el cartelito “Cerati, Gustavo”: la presencia de un policía y un “seguridad” puesto por la empresa productora del show caraqueño delataba que allí estaba el ex Soda Stereo. El recelo estaba relacionado con la decisión de ofrecer en cuentagotas información oficial sobre el estado de salud del cantante. En su página web primero se habló de una “descompensación” y se aclaraba: “Se está recuperando favorablemente”. La primera actualización mencionaba que, tras el show del sábado en la cancha de fútbol de la Universidad Simón Bolívar, le había subido la presión “debido a stress y agotamiento” y decía que “por precaución” se había dirigido “a una clínica de Caracas para realizarse chequeos médicos de rutina, donde le recomendaron reposo”. “Una vez finalizados los estudios, continuará con su viaje a Buenos Aires”, decía el comunicado. Pero ayer ya se hablaba allí de una “isquemia transitoria cerebral”, que es un aviso de la inminencia de un ataque cerebro-vascular (ACV). Sin embargo, los medios caraqueños directamente aseguraban que el ex Soda Stereo sufrió un ACV, mucho más grave. Y la conversación entre Leiguarda y el médico Claudio Zin por C5N, que hablaron de “infarto”, confirmó los peores temores.

La primera declaración oficial en el centro médico caraqueño la dio el neurólogo Vladimir Fuenmayor, quien describió la dolencia del músico como un “evento vascular isquémico” con “asfaxia de expresión y problemas para hablar”. Zin aseguró ayer a la mañana que había hablado con su colega Fuenmayor y que éste le había dicho que Cerati tenía “inmovilizado el brazo derecho” y que, si bien comprendía lo que se le decía, no podía “responder más que con sonidos guturales”. Pero a la noche, Leiguarda explicó que ese cuadro se había agravado por la oclusión carotídea, “que impide que otras arterias irriguen la zona”, de ahí la necesidad de la operación. Cerati ya había tenido hace cuatro años un problema con un coágulo de sangre en una vena de su pierna derecha y Zin mencionó haberse enterado de que hace tres meses el músico había tenido un cuadro de tromboflevitis, pero que no había continuado con el tratamiento.