Bono, líder de U2, será declarado huésped de honor de la ciudad de Buenos Aires en una ceremonia en la que Jorge Telerman le entregará una medalla de oro y un diploma. Lo que resta determinar es dónde será el encuentro entre el cantante y el jefe de Gobierno interino, ya que en la Legislatura continuará el juicio político a Aníbal Ibarra. El proyecto presentado por el legislador porteño Alejandro Rabinovich, del ARI, destaca el compromiso de Bono “con toda causa inherente a la justicia social y que se ha transformado en los últimos años en un referente de la política internacional”. Pero eso será cuando llegue a Buenos Aires, donde U2 tocará el 1º y el 2 de marzo. Antes, el cuarteto irlandés pasará por Chile tras haber conquistado al público brasileño.

El jueves pasado, Bono se convirtió en uno de los principales animadores de la primera noche de desfiles del Carnaval de Salvador, a donde acudió invitado por el ministro brasileño de Cultura, el cantautor Gilberto Gil. Al lado de sus compañeros de U2 y del productor musical estadounidense Quincy Jones, el cantante asistió a los desfiles de los tríos eléctricos (camiones adaptados con palcos para las orquestas y amplificadores de sonido); bailó y cantó las músicas de los artistas que pasaban y llegó a improvisar una canción cuando le cedieron un micrófono. Bono asistió a los desfiles desde el camarote “Expresso 2222”, en el que Gilberto anima todos los años las fiestas de Salvador, y se asomó al balcón cuando pasaba el trío eléctrico animado por la cantante Ivete Sangalo. La conductora del Carnaval de Salvador ofreció micrófonos al rockero y al ministro de Cultura y los tres cantaron Vértigo, la música que le da el nombre a la actual gira de U2. Poco después el irlandés, junto a Gil, intentó repetir en portugués las estrofas de las canciones cantadas por Sangalo. Acompañado por tambores a ritmo de samba, el líder de U2 lideró un coro que repitió varias veces “todo el mundo tiene un poco de irlandés y yo tengo mucho de brasileño”.