Jueves, 15 de septiembre de 2011 | Hoy
MUSICA › DANIEL DREXLER ANTICIPARá NUEVAS CANCIONES ESTA NOCHE EN LA TRASTIENDA
El cantante y músico uruguayo, un habitué de los escenarios porteños, asegura que existe una nueva canción rioplatense.
Una brisa de aire fresco corre en los últimos años por las orillas del Río de la Plata. Las cosquillas que provoca se sienten tanto en los humores de la gente como en las expresiones musicales. Un ejemplo de ello es la aparición espontánea de un puñado de jóvenes artistas que crecieron con el rock pero que dialogan con la música latinoamericana. Del otro lado del río, el “cancionista” uruguayo –como prefiere catalogarse– Daniel Drexler definió la nueva escena como “templadismo”. “De alguna manera, estamos hablando con un lenguaje contemporáneo que tiene bien puestas las raíces en una cuestión regional”, le dice el músico a Página/12, antes de repasar sus cuatro discos y adelantar nuevas canciones hoy a las 21 en La Trastienda (Balcarce 460).
Esta nueva camada de cantautores, entiende, tiene una visión política y estética diferente a la de generaciones anteriores: “En las décadas del ’70, ’80 y ’90, que fueron muy duras para la región, no fue tan clara la mirada hacia América latina. Hubo una tendencia más al escapismo, a buscar cosas que no tuvieran que ver con nuestra realidad. Pero ahora estamos tratando de reconectarnos con nuestro lugar en el mundo sin perder contacto con el afuera. Todo lo contrario: asimilamos el contacto con el mundo a lo que está pasando acá”. Y lo que sucede en la región, entre otras cosas, es la buena salud de que goza la relación bilateral entre la Argentina y Uruguay.
A fines de agosto, un hecho concreto –y “un simbólico de unidad”– unió a los presidentes Cristina Kirchner y José “Pepe” Mujica: la reinauguración, después de 36 años de ausencia, del servicio de tren que une a la Argentina y Uruguay. “Estoy súper feliz con que, en cierta medida, se haya superado el conflicto (de las papeleras) –confiesa Drexler–. El otro día me preguntaba si yo pensaba que lo que estaba pasando con esto de la vuelta a las raíces en la música tenía que ver con ciertos fenómenos políticos. Y creo que es al revés: los fenómenos políticos que se están dando tienen que ver con cierta madurez regional que primero se manifestó en el arte. En el peor momento de conflicto ya nos estábamos tratando como lo que somos: habitantes del mismo barrio.”
Esta noche, en el local de San Telmo, el músico comenzará a despedir su último disco, Micromundo (2009), un trabajo con lírica nostálgica que cruza elementos electrónicos con milonga, candombe, murga montevideana y hasta bossa nova. “Creo que los grandes cambios en la historia de la humanidad siempre se dieron por una confluencia de dos factores –explica–: un cambio del tipo de energía que se utilizaba o un cambio en las tecnologías de la comunicación. Y nosotros estamos viviendo una revolución enorme, que fue el cambio de las tecnologías digitales. Eso tiene que marcarnos de algunas forma, sin dudas. Todos estos músicos decidimos abrirnos al mundo.”
–¿Hay una nueva canción rioplatense?
–Sí, pero no creo que se trate de un movimiento. No es momento para movimientos. La década del ’60 fue muy prolífica en movimientos de todo tipo, pero la era de Internet es una mucho más incierta, en la que las cosas son más caóticas. No veo que todos nosotros (Lisandro Aristimuño, Pablo Grinjot, su hermano Jorge, Ana Prada, Martín Buscaglia) nos hayamos juntado, hayamos hecho un manifiesto y hayamos decidido tener una postura estética común. Simplemente veo una escena estética común que tiene que ver con un lenguaje generacional y en la que hay un muy rico intercambio. Todos nos conocemos, muchos hemos participado en los proyectos de los otros. Y ese tipo de cosas que se está dando mucho entre Montevideo y Buenos Aires, principalmente, también se está dando entre Uruguay y Río Grande del Sur. Hay una cuestión estética en lo que hacemos, en la forma de abordar la canción, que tiene similitudes más allá de que cada uno tiene sus propios perfiles. Me siento participando de algo que está muy vivo y que es muy prolífico.
–Pero hay una clara mirada hacia América latina, ¿no?
–Sí, pero es una mirada muy diferente a la mirada latinoamericanista que hubo en la década del ’60. Quizás está menos ligada a la política. Estoy usando bastante el término “cancionista” para definirme. No me siento muy cómodo con “cantautor” porque me di cuenta de que, particularmente en España, es un término que está muy relacionado con la estética de la canción de protesta de los ’60. Es una canción de protesta con la que me crié y admiro profundamente a muchos de esos autores, pero la utopía revolucionaria que tiene cada generación es diferente. Y sería medio absurdo que estuviéramos nosotros pensando igual a como se pensaba en los ’60 sin tener en cuenta todo lo que pasó en el mundo en el medio. Hubo una revolución brutal en las tecnologías de comunicación y el mundo cambió tanto que nosotros mismos en este momento no podemos darnos cuenta. Me gusta más el término cancionista, que aprendí en Brasil.
–¿Y cómo miran hacia adentro los cancionistas?
–Tiene que ver con mirar los géneros de raíz que hay en la “vuelta” para entenderlos y asimilarlos. Y en estos autores hay una visión urbana. Es una forma de mirar los géneros folklóricos pero a través de personas que tienen una inserción en la vida muy cosmopolita. Somos habitantes de ciudades puerto, que demográficamente están formadas por personas que vienen de muchos lugares diferentes. Entonces, en ese sentido, es bastante diferente al latinoamericanismo que había en otros tiempos. La identidad viene más del lado de rescatar la cuestión musical.
Informe: Sergio Sánchez.
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