MUSICA › BRIAN MAY ENTREVISTADO POR EL COMPOSITOR DAVID ARNOLD
El responsable de las bandas sonoras de las últimas películas de James Bond asegura que odia los solos de guitarra, excepto los que toca May. Y, puesto frente al violero, le pregunta por la música para cine, la forma de componer, gustos e influencias.
› Por David Arnold *
No muy a menudo uno reconoce a un guitarrista por su sonido. Por la canción, sí, pero, ¿por el sonido? Bueno, considerablemente menos que a los que uno reconocería por su silueta. Pero Brian May está en ambas categorías. El hecho de que tanta gente le pida que toque en sus discos, presente premios, aparezca sobre el escenario, haga shows benéficos y se pare en la punta del Palacio de Buckingham para tocar el himno nacional seguramente debe colocarlo en el cenit de los Héroes de la Guitarra Británicos. Encima, él construyó su propia guitarra, con su padre, con partes de una chimenea, resortes de motos y una aguja de tejer. Sí, esa guitarra, ése fue el sonido que realmente me intrigó. Ver a Queen interpretando “Seven Seas of Rhye” en Top of the Pops y rascarme mi (considerablemente más joven e inexperta) cabeza y pensar: “Pará un poco, yo tengo una guitarra eléctrica y no suena ni parecido a ésa, y ese tipo con el pelo y la ropa de Zandra Rhodes y esa guitarra... ¿Qué es todo eso?”.
No me atrevo a hacer la mayoría de las preguntas de sabelotodo que me encantaría hacerle a Brian May. Casi que no quiero saber cómo hizo los sonidos que hizo o cómo terminó borrando completamente cintas con la cantidad de sobregrabaciones que hizo para una sola canción. O por qué toma las decisiones de hacer lo que él hace, como disfrazarse de pingüino para el librito del primer disco de Queen, o componer bandas sonoras, por ejemplo. Pero si tipeo “Flash” en mi Twitter, garantizo que en menos de un minuto al menos voy a tener veinte respuestas, todas diciendo “Aa-aaaaah”. Eso fue idea de Brian. “Nos comprometieron a hacer el trabajo Mick Hodges, quien fue el director de Flash Gordon, y Dino De Laurentiis, el famoso productor italiano, quien siempre pensó en grande y del que alguna gente podría decir que no tenía ninguna sutileza. Pero, de hecho, él tenía el sentido de algo fuera de lo común. El hizo esa enorme remake de King Kong –miles de millones de dólares–, pero la combinación entre él y Mike Hodges era muy extraña, porque para Dino era una película muy seria con los mayores talentos de Italia y para Mike era un chiste.”
“Así que había un choque –continúa Brian–. Estoy seguro de que fue idea de Mike llamarnos a nosotros para la banda sonora, y lo que sucedió fue que nos involucramos, vi algunos avances del film y me encantó, y después hicimos demos por separado, Roger, John, Freddie y yo. Y llegó el día en el que nos juntamos en el estudio y se los mostramos a Mike y a Dino, y dije: ‘Esto es lo que hicimos, ¿qué les parece?’. Hubo un momento horrible en el que Mike se puso a saltar gritando ‘¡es brillante, es brillante!’, mientras Dino permanecía sentado con el rostro lívido y blanco como una hoja, y obviamente no lo había disfrutado, pero cuando llegamos al tema que yo había escrito (‘Flash’)... bueno, Dino dijo: ‘Es muy bueno, pero no es para mi película’. Entonces todos nos sentimos un poco abatidos y nos fuimos. Pero lo que creo que pasó fue que Mike fue a hablar con Dino y le dijo: ‘Tenés que tener fe en esto. Esto es algo que va a funcionar y Brian realmente capturó la esencia de la película en esa pieza de música’. Pero fue una gran aventura en ese momento. Creo que no había existido una película con música de fondo hecha por una banda de rock antes de eso, era un inicio realmente peligroso. Tenías que tener tu base de cuerdas para crear emoción. Nunca había sido hecho antes. Y hay que reconocer que Dino recapacitó y nos apoyó mucho.” Brian y Queen también hicieron la banda sonora de Highlander. Ambas películas generaron singles enormes (“Flash”, “A Kind of Magic” y “Who Wants to Live Forever”), y maridaron a los sonidos de guitarra de Brian con el film donde normalmente debería haber habido una orquesta.
–Su guitarra sonaba como una orquesta buena parte del tiempo. Yendo hacia atrás en los discos de Queen, donde había tantos sonidos, ¿de dónde salía todo eso?
–Había toda clase de cosas raras, porque cuando yo crecí teníamos cosas como Uncle Mac’s Children’s Favourites en la radio. Y allí había toda clase de cosas, desde “Thunder and Lightning Polka” hasta “The Laughing Policeman” o el pop del momento, con mucho de trabajo orquestal light, incluido Mantovani, y más tarde tenían esas cuerdas cantoras. Si vos ponés una línea de cuerdas, después otra encima que empieza más tarde, y después otra más, se produce una especie de efecto campana en el que las armonías crecen en lugar de aparecer todas al mismo tiempo. Otra gente que usaba eso de modo realmente brillante eran The Temperance Seven. Yo era un adicto total a The Temperance Seven en los ’60. Extrañamente, a ellos los producía George Martin, quien estaba a punto de conocer a Los Beatles. No sé quién hizo los arreglos, pero eran absoluta y gloriosamente hermosos, basados en el estilo de los años ’20, e hicieron ese efecto campana. Si escuchás “You’re Driving Me Crazy” –bom bom bom bom–, son campanas. Es lo mismo. Así que esa clase de cosas me influyó mucho, y eso es lo que escuchás.
–Escucho los discos de Queen y adoro el modo en que las guitarras alargan el tema, le agregan cosas y salen de él al mismo tiempo. No es simplemente alguien gimiendo sobre un track (que es la razón principal por la que odio los solos de guitarra, con la notable excepción de la compañía presente, por supuesto). Hay capas sobre capas de guitarras. ¿En qué punto piensa “esa línea es buena, pero sería mejor con otras 70 guitarras encima”?
–Nunca llego a ese punto –como cuando hablábamos de los arreglos– en que puedo escucharlo en mi cabeza antes de empezar y sé hacia dónde voy; y si no lo escucho en mi cabeza, no puedo hacerlo. No puedo hacerlo simplemente siguiendo mi olfato: necesito escucharlo, tener la imagen completa en mi cabeza antes de tomar la guitarra, así que generalmente sólo lo sé cuando está listo. Es tan simple como eso. Nuestro primer álbum fue hecho bajo circunstancias enfermizas: sólo podíamos meternos en el estudio a horas extrañas durante la noche, teníamos muy poco tiempo, así que todos esos sueños que tenía no pudieron realmente concretarse, pero hay algunas pistas. “My Fairy King” tenía guitarra armonizada. Pero cuando llegamos a Queen II estábamos en un estudio propiamente dicho, con tiempo, y yo estaba determinado a hacer todo eso. Teníamos ideas de armonías de guitarra aventuradas, pero también de armonías vocales: era como pintar un cuadro enorme que estaba en nuestras cabezas. Queen II es un montón de material, hay toda clase de partes de guitarras peleando entre sí.
–Ha trabajado con algunos artistas obvios (Eddie Van Halen) y otros menos obvios (la boy band 5ive) en su momento. Y le han pedido que se integre a bandas en el pasado (Sparks trató de reclutarlo diciendo que Queen no iba a ninguna parte y que ellos iban a conquistar el mundo). Si Queen no hubiera existido, ¿de quién le hubiera gustado ser guitarrista?
–Probablemente me habría encantado estar en AC/DC. Pero tengo el tamaño y la forma inadecuada, lamentablemente. Porque es diferente a Queen. Queen era muy ecléctico y simplemente pisoteábamos todas las barreras que existían, pero AC/DC en un sentido es lo opuesto: conocen su estilo y es increíblemente puro, y tengo un gran respeto por eso. Y cada nota que tocan es completamente AC/DC. Quizás eso sea lo que me atrae. Me entusiasma y no me importa lo que piensen los demás. De hecho, disfruto de esa especie de sentido de incomodidad. Hace poco toqué en un disco de Dappy y les dije a unas pocas personas, que me dijeron: “¿Por qué carajo hacés eso? ¡Eso no es música! ¿Cómo pudiste siquiera considerarlo?”. Y, otra vez, les contesté: “No, escuchalo de nuevo, vas a encontrar que el tipo realmente tiene poder lírico y es un gran cantante, y el disco está brillantemente producido, así que, exactamente, ¿cuál es tu problema?”. Y todos volvieron después de haberlo escuchado y dijeron: “La puta madre, es fantástico y es una combinación buenísima”. Y es una idea arriesgada para ambos, es lo que me encanta. Me encanta romper barreras.
* The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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